Editoriales
Un alza de pensiones arriesgada
elEconomista.es
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reacciona ante el agitado debate que las pensiones vuelven a suscitar. Lo hará acudiendo al Congreso para abordar de forma monográfica cuestiones como la imposibilidad de elevar estas prestaciones más allá del 0,25% en 2018, debido a la crítica situación de la Seguridad Social.
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo sí que abre la puerta a un alza mayor en 2019. Este último no es un ejercicio cualquiera en la evolución de las pensiones. Muy al contrario, será el año en el que el Factor de Equidad Intergeneracional (FEI), o Factor de Sostenibilidad, comenzará a influir en su cálculo. Se trata de una variable que se revisará cada cinco años, y que sirve para ajustar el pago de las prestaciones a la evolución de la esperanza de vida.
El FEI busca asegurar el pago de unas pensiones que se cobrarán en periodos cada vez más largos, ya que la población cada vez vive más. Ahora bien, lo hará pagando el peaje de rebajar la cuantía que el jubilado recibe cada mes. Se estima que la reducción será del 0,75% en el primer ejercicio de aplicación del FEI.
Sin embargo, el alza que Rajoy deja entrever para 2019 puede compensar esa disminución en un momento delicado políticamente, ya que será un año de elecciones municipales y autonómicas, además todavía no puede descartarse un adelanto de las generales.
Por ello, se trata de una revalorización que implica riesgos. La evolución de la esperanza de vida tiene que influir en el cálculo de la jubilación, para asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Del mismo modo, el hecho de que vivamos más años, y en condiciones cada vez más favorables, aboca a continuar aumentando la duración de la vida laboral.