El 'ladrillo' pesa menos en la banca
elEconomista.es
Los principales bancos españoles vieron cómo sus activos relacionados con el sector inmobiliario se redujeron sustancialmente en 2016. Por primera vez desde el inicio de la crisis, el volumen de viviendas y suelo descendió a la vez que los créditos a los promotores. Fue una caída de notable cuantía, ya que se situó en el 9,2% con respecto a 2015, 12.000 millones menos en términos absolutos.
Se trata de una reducción muy positiva para las entidades, en la medida en que depende de factores que no pueden controlar directamente. Así, por un lado, resulta decisivo que la recuperación se consolide, lo que reduce la morosidad de los promotores y, en paralelo, mitiga el flujo de inmuebles hacia los bancos. Por otro lado, también es fundamental que el despertar del mercado del ladrillo ya iniciado se mantenga, de modo que las entidades pueden dar salida a los activos de este tipo que ya actúan como lastres en sus balances.
Ambas fuerzas confluyeron en el pasado ejercicio con la buena gestión en los seis grandes, propiciando un claro, y ya histórico, descenso. Con todo, el volumen de estos activos improductivos, de los que se derivan altos costes de mantenimiento, aún presenta una gran envergadura: 112.000 millones de euros.
En otras palabras, el ladrillo todavía pesa en los balances de la banca y esa persistencia pone contra las cuerdas a unas firmas que tienen muy mermada su rentabilidad, debido a la reducción de márgenes que suponen unos tipos de interés que se encuentran todavía en negativo. El sector, por tanto, no debe confiarse y tiene que ahondar la positiva tendencia ya iniciada, tal y como reclaman tanto el Banco de España como el BCE.