Editoriales

El error de castigar a las socimis


    elEconomista.es

    Las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimis) presentan un comportamiento anómalo. No en vano, las dos mayores del sector, Merlin e Hispania, sufren una caída tres veces superior a la del Ibex 35. Sin embargo, el hecho de que ese castigo se iniciase en torno al pasado día 10 arroja luz sobre las causas de la penalización. Fue en esa fecha cuando unieron electoralmente sus fuerzas dos partidos, Podemos e IU, que han situado a las socimis en su punto de mira, siguiendo una estrategia muy parecida a la que usan para ganar votos a costa de demonizar otro vehículo de inversión colectiva, las sicav.

    También en el caso de las socimis las dos formaciones izquierdistas arremeten contra sus supuestos privilegios fiscales que, en el caso de las sociedades inmobiliarias, tienen que ver con el hecho de que están gravadas al 0% en Sociedades. Ambos partidos, con todo, deberían considerar que ese régimen fiscal tiene como contrapartida la imposición de una exigente política de retribuciones, que obliga a repartir como dividendos el 80% de los beneficios, y estos tributan como rentas de capital tras distribuirse. A ello se suma el hecho de que las sospechas de opacidad están fuera de lugar en unos vehículos que tienen que cotizar en mercados regulados.

    Pero, sobre todo, tanto Podemos como IU demuestran con su posicionamiento hasta qué punto desconocen el rol que las socimis están desempeñando en la revitalización del inmobiliario. Éste ya no puede desarrollarse pivotando sobre su estructura tradicional, muy atomizada y centrada en exclusiva en la compraventa de activos. Castigar a las socimis implicará impedir que prosiga la recuperación sostenible de un sector económico crucial.