Editoriales

La banca, lejos de la normalidad


    elEconomista.es

    Los bancos españoles continúan afrontando una tormenta perfecta en el que es su negocio medular, la concesión de crédito, especialmente en lo que concierne a hipotecas. Por un lado, pese a la recuperación de la economía (que también incluye al sector inmobiliario), lo cierto es que el volumen de negocio sigue reduciéndose, puesto que la nueva contratación no compensa la amortización de préstamos más antiguos.

    Pero, por otro lado, el factor más pernicioso estriba en la competencia feroz que las entidades mantienen para captar clientes en ese nicho todavía menguante, sin visos de que puedan poner fin a la contienda. En otras palabras, la carrera por reducir los intereses bancarios, rebajó el año pasado estas tasas desde el 1,89% al 1,53%.

    En términos absolutos, un decrecimiento así supone que los ingresos por este concepto se situaron en 2015 apenas por encima de los 8.400 millones de euros, un 23% menos con respecto al volumen propio de 2014. Reducciones de dos dígitos como éstas implican malas noticias para unas entidades que luchan desde hace años por reanimar sus niveles de rentabilidad y que apenas cuentan ya con otros recursos para lograr ese objetivo.

    No en vano el ahorro derivado de la baja remuneración de los depósitos toca suelo, en la medida en que, con rendimientos inferiores al 0,4% estos productos pierden su atractivo. Por su parte, lo obtenido por comisiones sigue en niveles muy bajos para los estándares europeos. Pero el gran valor del comportamiento del ingreso por intereses hipotecarios radica en que es la mejor demostración de hasta qué punto está lejos una normalización real del negocio de los bancos, los cuales parecen abocados a más ajustes y reestructuraciones.