Editoriales

Repartir el coste del cambio climático


    elEconomista.es

    La defensa del medio ambiente es una política de Estado de la que es fácil percibir sus beneficios, pero no lo es tanto tomar conciencia del coste que supone. De hecho, gran parte de ese esfuerzo, en lo que respecta al fomento de las energías renovables, lo sobrellevan los usuarios de la electricidad quienes, en su recibo, pagan un 50% de cargas ajenas al suministro.

    Ante esa situación, la propuesta de las compañías eléctricas de hacer más equitativo el coste resulta razonable, gravando toda actividad contaminante. El consumidor de electricidad tiene que seguir contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, pero en ese desafío deben acompañarlo quienes hacen uso del carbón, de la gasolina o incluso de la generación de plásticos.