OHL debe extremar la vigilancia
elEconomista.es
La sospecha de fraude que pende sobre la filial en México de OHL ha forzado ya a las autoridades del país azteca a tomar medidas cautelares. El Estado mexicano anunció ayer la suspensión sine die de todo incremento en las tarifas de la concesión de la que se beneficia la constructora por la obra del Viaducto Elevado Bicentenario. Precisamente, en el alza de tarifas se halla el meollo del escándalo, dado que los directivos de OHL México, presuntamente, pretendieron elevar el peaje de esta infraestructura un 30% (siete veces por encima de la inflación del país), escudándose en la necesidad de cubrir los costes de una fase de la obra que, en realidad, "nunca se va a construir", según se reconoce en las grabaciones que han puesto a la empresa en jaque. Así está afectando a OHL el escándalo de su filial en México
La reacción de las autoridades se suma a los perjuicios económicos que ya sufre la firma, como son la caída de su cotización bursátil y la necesidad de requerir más avales para obtener un crédito de 300 millones de euros. Si a eso se añade la aparición de una nueva denuncia, relacionada con otra infraestructura, Circuito Exterior Mexiquense, sólo cabe calificar de muy comprometida la situación de OHL en México.
Al norte de este país, en Estados Unidos, semejantes indicios dejarían a la empresa afectada inhabilitada para participar en cualquier concurso público y, desde luego, habría generado una contundente acción en la firma afectada, basada en revisar todos sus protocolos éticos y de procedimiento. OHL debería estar ya extremando la vigilancia sobre su filial, y desplegando medidas concretas, en lugar de haberse detenido, como hasta el momento, en no reconocer los hechos y en el rutinario anuncio de una "investigación interna".