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'Baile corporativo' en la industria minera: es el mejor momento para las fusiones

3/05/2018 - 18:35
  • El Bloomberg Commodity Index gana un 22,7% desde 2016
  • El entorno futuro del ciclo tiene un mayor impacto en el resultado de las fusiones
  • Glencore es la única recomendación de compra entre las grandes
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Saber elegir el momento en que llevar a cabo la fusión entre dos empresas es determinante para el devenir de una compañía. Al menos, en el sector de la minería, estrechamente vinculado a la cotización de las materias primas. La clave parece estar en el cuándo más que en el cómo: ser conscientes de dónde nos encontramos en medio del ciclo económico será un mejor indicador de la idoneidad de una adquisición. Es decir, si habrá recompensa en forma de beneficios en el futuro. Así lo creen los analistas Paul Hissey y Alexander Hislop, de RBC Capital Markets, quienes consideran que un repaso a las transacciones corporativas de la última década muestran que, al final, el entorno futuro del ciclo tiene un mayor impacto en el resultado de la operación que las métricas explícitas del acuerdo.

"No podemos simplemente depender del precio de la materia prima como un indicador principal (aunque es ciertamente un indicador útil de validación), con lo que elementos como la actividad exploratoria, el capital invertido y los perfiles de crecimiento aportan una forma útil de calibrar dónde estamos", señalan los expertos del banco canadiense. "En la situación actual de no crecimiento todo indica que estamos en la mitad inferior del ciclo habitual de materias primas. Claro que los precios de los metales continuarán moviéndose, pero dado el panorama de cómo las compañías están posicionadas y la estrategia corporativa, nos sentimos cómodos para creer que, en el medio plazo, los precios subirán conforme la falta de descubrimientos [de minas] y de nuevos proyectos apoyará finalmente los fundamentales", añaden Hissey y Hislop.

El ciclo de las materias primas está repuntando, aunque lejos de los máximos de los últimos cinco años que alcanzó en 2014. El Bloomberg Commodity Index, que refleja el precio de los futuros de materias primas como el oro, la plata, el cobre o el níquel, se ha revalorizado un 22,7% desde los mínimos que registró en enero de 2016 y un 7% desde hace un año. "Las inversiones sobre oro y plata se ven impulsadas por el fuerte desempeño de los metales industriales y los posibles incrementos graduales en los tipos de referencia de la Fed", explican desde ETF Securities. Además, subrayan que el precio del níquel subió un 7,5% el jueves pasado, marcando su mayor incremento diario en más de seis años y cotizando a su nivel más alto desde 2014.

Desde Goldman Sachs aconsejan perder el miedo a las materias primas. "Pese a una década de retornos deslucidos, el 'argumento estratégico' para comprar materias primas desde petróleo a cobre nunca ha sido más fuerte", reconocen los expertos de la entidad estadounidense en declaraciones a Bloomberg, quienes añaden que "las commodities son la clase de activo con mejor comportamiento de 2018". No obstante, desde Moody's apuntan que la escasez de algunos metales, como el cobre o el níquel podría ralentizar el auge de las baterías eléctricas. "Se espera que los pequeños déficit actuales de cobre y níquel refinado se acentúen, mientras se prevé que el cobalto presente un déficit significativo en 2019", sostienen los expertos de la agencia de calificación crediticia, a la vez que advierten de que el litio podría pecar de un exceso más allá de 2019 por un aumento de la oferta. Los analistas opinan que "son necesarias nuevas inversiones en las minas para cumplir con el crecimiento de la demanda".

Un buen momento para la minería

La industria minera vive su mejor momento de los últimos 15 años, según sostienen desde RBC. Lo que hace que las empresas del sector estén listas para la generación de un potente flujo de caja con sus consiguientes retornos de capital o para el incremento de proyectos que aporten crecimiento es la falta de inversiones en bienes de capital, unas cuentas fuertes y bajos costes cíclicos junto a unos precios atractivos de las materias primas. "Por desgracia, el inconveniente que vemos hoy es que las compañías están, primero, muy caras y, segundo, carecen de crecimiento. Son estos elementos, y la capacidad de pagar, lo que, en nuestra opinión, facilita un diálogo progresivo sobre fusiones y adquisiciones como medio de abordar ambos puntos".

De sus conversaciones con inversores, los expertos del banco canadiense creen que el mercado es contrario a las compras en el corto plazo por experiencias relativamente recientes que fueron poco satisfactorias. "Quizá en vez de eso es más probable que veamos más reinversión interna para la expansión de antiguas zonas industriales y fusiones a pequeña escala", apuntan, y añaden que también podría tener sentido ver adquisiciones tácticas o de exploración de recursos que se abandonaron en su día.

Como ejemplos, los analistas mencionan la entrada de la minera australiana Northern Star en su compatriota Echo Resources y en las operaciones en South Kal, en la región de minas de oro del oeste del país; y las ambiciones de SBM para incrementar la producción y la vida útil de las minas de oro en Gwalia, también en Australia occidental.

Las grandes mineras, como BHP Billiton, Rio Tinto o Newcrest Mining, "están en parte posicionadas en yacimientos con una larga vida útil y puede decirse que pueden permitirse una estrategia más medida (paciente), mientras otros, como las australianas South 32, Evolution Mining o Sandfire Resources, parecen estar operando en niveles máximos de producción en la actualidad, con activos preseleccionados para reinvertir los beneficios en los dos o tres años siguientes, lo que resultaría en un declive general de la producción", explican los analistas de RBC.

En general, desde el banco canadiense opinan que los niveles de producción descenderán entre los próximos cinco y diez años, en especial en su análisis del sector en Australia, matizando que será así para quienes tengan suficientes planes de minería bien definidos. Excluyendo a Rio Tinto, los expertos creen que es más probable que las otras grandes compañías del sector, más diversificadas, vean una disminución de la producción; mientras que los pronósticos para las firmas de capitalización media son más optimistas. El hecho de escoger la industria minera de Australia para ilustrar el despertar del sector es por una serie de identificadores que no se veían desde hace más de diez años: márgenes más elevados, una deuda baja o inexistente y unos costes manejables.

"Si aceptamos la premisa de que los activos necesitan sustitución y que el ciclo va en ascenso, creemos que ahora es el momento de actuar para asegurar los activos que pueden proporcionar tanto volumen como un crecimiento potencial de los beneficios durante el próximo giro del sector de las materias primas", exponen desde RBC. "De hecho, creemos que es más probable que las compañías se beneficien pagando más ahora que tratando de pagar menos después", concluyen.

Las mejores 'compras' del sector

La gran mayoría de compañías cotizadas del sector de la minería tienen una de estas cuatro nacionalidades principales: australiana, británica, canadiense y estadounidense. Y es que estos territorios, junto a África central, son ricos en metales muy codiciados. Sólo nueve firmas del sector reciben una recomendación de comprar del consenso de mercado que recoge FactSet, entre aquellas seguidas por un mínimo de diez analistas. Los consejos más favorables son para las canadienses Wheaton Precious Metals, Cobalt 27, Goldcorp, Iamgold y Agnico Eagle Mines, todas ellas con un tamaño pequeño en bolsa; las británicas Centamin, Rangold y Glencore (la tercera compañía minera con mayor capitalización bursátil del mundo), y la australiana OZ Minerals.

Sin embargo, excluyendo a Glencore, la mayor parte de las compañías con mayor valor en bolsa, que a su vez son también las más conocidas por los inversores, reciben una recomendación de mantener. Es el caso de las británicas BHP Billiton y Rio Tinto, que también tienen una filial en Australia, así como Fresnillo y Anglo American, ambas con sede en el Reino Unido, y Newcrest Mining y South32, ambas australianas.