Buscar

Salarios 'miserables', un freno a la esperada subida de tipos

14/07/2017 - 21:26
Más noticias sobre:

El mundo cambia. Los avances en la comunicación han aumentado el impacto de la globalización y una fuerte competencia global, junto a los efectos desinflacionistas de la tecnología, presionan a la baja a los salarios, algo que se nota en la inflación y dificulta el trabajo de los banqueros centrales.

Cuando la Reserva Federal (Fed) debatía hace más de un año si era el momento de subir los tipos de interés, una de las razones que esgrimía para no hacerlo era la debilidad que estaba experimentando el crecimiento de los salarios, un indicador macro importante para la entidad y que no conseguía repuntar, a pesar de que el desempleo ya rozaba mínimos históricos en aquel momento. Ahora, Mario Draghi y el consejo de gobierno del Banco Central Europeo -BCE- parecen estar pasando por la misma encrucijada: en las actas de la última reunión del organismo se muestra cómo hubo un debate sobre los efectos de los bajos sueldos en la inflación de la eurozona. Según la entidad, este es uno de los pesos que está impidiendo que el índice de precios repunte en Europa. ?Se han mantenido bajos, y seguirán siendo moderados en el horizonte más cercano?, explicaban y, para ellos, la causa de esta falta de impulso se explicaba por ?factores estructurales, como las reformas laborales implantadas en el pasado?, reformas como la que se puso en marcha en España en el año 2012.

Apenas cinco días después de publicarse estas actas, Janet Yellen, presidenta de la Fed, lanzó un mensaje en el Congreso estadounidense que parecía alertar del riesgo de extinción de la clase media: "Los salarios y los trabajos de las familias de clase media han ido perdiendo peso y disminuyendo sus oportunidades. Los salarios de la clase media han sufrido una presión a la baja, por una lado el cambio tecnológico ha eliminado puestos de trabajo y la globalización ha reforzado el impacto de la tecnología", destacó Yellen.

A diferencia de Draghi, la estadounidense sí señala a la transformación que está viviendo el mundo, gracias a los avances tecnológicos, como el responsable de que los sueldos no avancen. En la eurozona, el avance de los salarios es preocupante, avanzando en el primer trimestre de 2017 al 1,69% interanual. Estos no crecen a un ritmo medio superior al 2% desde hace seis años, y parece que el avance de casi el 4% en 2008, máximos desde que Bloomberg recoge datos, es ya historia. Ahora, Los Miserables, los ciudadanos que han sufrido en sus carnes los efectos de la revolución tecnológica, en forma de precarización de los salarios, son una amenaza para el avance de la inflación, y para la subida de tipos del BCE que, según los indicadores de Bloomberg, se prepara para el próximo mes de junio del año 2018.

El nuevo modelo económico

La tecnología parece ser la principal responsable de esta situación, teniendo en cuenta que también ha interconectado al planeta, propiciando una globalización que obliga al mundo entero a competir entre sí. La fuerte competencia es una de las claves, según Víctor Alvargonzález, analista de mercado: "Estamos en un mundo muy diferente al que había hace no demasiados años. Todo el mundo compite contra todo el mundo, también de forma local, y en Europa, con la elevada tasa de paro, sobre todo juvenil, es difícil que suban los salarios".

El experto explica que, más que reformas laborales, como destaca el BCE, "lo que está ocurriendo es un cambio en el modelo económico. Estamos en una revolución industrial, que ahora se ha llamado digital, pero es una auténtica revolución industrial".

Este hito está haciendo mutar el sistema económico, una historia que se repite siglos después. La Revolución Industrial del siglo XVIII tardó décadas en notarse, y hoy, ya han pasado más de 30 años desde el primer registro de un dominio puntocom, con todo lo que eso ha supuesto para la economía global, cuyos efectos parece que empiezan a sentirse ahora con fuerza en la economía.

Alvargonzález explica cómo "los cambios que estamos viviendo son estructurales y a muy largo plazo. No todos los cambios de modelo son desinflacionistas, pero este, concretamente, lo es, como también lo fue el modelo de producción de Henry Ford a principios del siglo XX... etc". Aerolíneas de bajo coste, comida de bajo coste, información de bajo coste en la red, teléfonos móviles de bajo coste con más tecnología que la que llevó al hombre a la luna hace menos de un siglo... Robots que prometen abaratar los costes para las compañías... Se mire donde se mire, los productos desinflacionistas nos rodean.

En esta opinión también coincide Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, quien explica que "las empresas como Amazon, Netflix... presentan tecnologías desinflacionistas, y hay una divergencia entre las expectativas inflacionistas y el propio negocio de estas firmas, que es todo lo contrario".

Bancos Centrales y política

Mientras todo esto ocurre, y hasta la comparecencia de Yellen la semana pasada en el congreso, los principales bancos centrales del mundo se han mantenido al margen de los efectos de la tecnología en los indicadores de precios. Alvargonzález destaca cómo "uno de los peligros, que está pasando, es que los bancos centrales no parecen ser conscientes de la magnitud del cambio, y de cuál es la causa. No les veo hablar del comercio electrónico, de la tecnología... siguen con parámetros clásicos, y eso es un peligro, ya que toman decisiones sin tener en cuenta uno de los factores más importantes de la economía actual".

Tan importante es, que el experto lo señala como uno de los catalizadores que ha influido en la política en los últimos años: "Trump ganó en EEUU porque los obreros de las fábricas no ven subir su capacidad adquisitiva desde hace décadas".