Con sus últimos movimientos, Amazon ha desatado casi una crisis en el sector de la distribución. Primero fue la compra de los supermercados Whole Foods, con la estrategia de ofrecer grandes descuentos frente a los competidores y, ahora, el lanzamiento de su propia línea de ropa para competir con firmas como Inditex. De hecho, en el último mes el sector en Europa se deja cerca de un 6%, con compañías como Carrefour o Royal Ahold perdiendo más de un 12%.
Aún es pronto para saber cuáles serán los efectos que tendrán las nuevas estrategias llevadas a cabo por el gigante estadounidense pero, ante esa incertidumbre, parece que la mejor opción es fijarse en el fabricante y no en el distribuidor. Y es que compañías como P&G, Unilever o Henkel seguirán vendiendo sus productos independientemente de si el usuario los adquiere a través de una página web o en cualquier supermercado. De hecho, en Amazon se pueden comprar productos que tradicionalmente se encuentran en un súper al uso como artículos de belleza de L'Oreal, o de limpieza como Ariel o Estrella, así como de higiene personal, Rexona, Palmolive… Además, desde que la firma estadounidense también distribuye alimentación, se pueden encontrar marcas tan conocidas como Calvé o Knorr.