Las probabilidades de que la Reserva Federal anuncie una subida de tipos al término de su reunión de hoy son, prácticamente, nulas. El consenso recogido por Bloomberg concede tan sólo un 22% de posibilidades a que la Fed aumente el precio del dinero ahora y se posiciona claramente en favor del encuentro del 14 de diciembre para acometer esta decisión.
Lo que sorprende, sin embargo, es que por primera vez en años casas de inversión tan relevantes como Barclays o BNP se han atrevido a posicionarse claramente en contra de la opinión general, en base, entre otros, a la evolución que está teniendo el mercado tanto de renta variable como de renta fija.
El bono estadounidense a 10 años, el mayor activo de inversión del mundo, arroja a sus inversores pérdidas del 1,25% desde el pasado 6 de septiembre, cuando se volvió a dudar si la presidenta del organismo, Janet Yellen, adelantaría su decisión a este mismo mes.
Con una rentabilidad que se ha incrementado en 15 puntos básicos desde entonces, la deuda americana está descontando una inminente subida de tipos en EEUU, algo similar al comportamiento que viene teniendo Wall Street las tres últimas semanas.
Toda la atención está puesta en el comunicado que se publicará al término del encuentro. Al fin y al cabo, si realmente el FOMC está dispuesto a subir los tipos al menos una vez este año, el mensaje deberá virar hacia un tono más explícito, mientras que Yellen tendrá que distanciarse algo más de su "dependencia" a los datos económicos como escudo si realmente quiere incrementar las tasas el próximo 14 de diciembre. Bernd Weidensteiner, analista de Commerzbank, adelanta que, "seguramente, veamos cómo se reduce ligeramente la proyección de crecimiento para 2016".
Recordemos que en junio ésta se situó en el 2%. Los expertos esperan que el FOMC recorte de nuevo sus proyecciones (dot plot en la jerga financiera) sobre cuánto deberían subir los tipos en una economía donde la actividad, la producción y la inflación avanzan a un ritmo relativamente bajo cuando se compara con otros ciclos.
Se estima que el objetivo medio a largo plazo podría rebajarse hasta el 2,75%, cuando en junio del año pasado este nivel se situó en el 3,75%. Si realmente se materializa esta revisión, sería la cuarta vez en 15 meses que Yellen y sus chicos moderan la conocida como tasa neutral, un hecho que pone de manifiesto el exceso de optimismo que ha reinado en Washington sobre la trayectoria que debería tomar la economía en los próximos años.
"Nunca será el momento perfecto. Siempre habrá algún tipo de incertidumbre", sostienen desde BNP para argüir en favor de una subida de tipos en el mes de septiembre. "Existe una ventana de oportunidad para que la Fed continúe con su política de normalización y creemos que la aprovechará". Y no son los únicos analistas que sostienen esta posición, pese a que vaya a contracorriente.
"No somos una casa de locos. De hecho, es la primera vez que apostamos en contra del consenso", afirman desde Barclays, que creen que "el FOMC" es lo que "ha transmitido al mercado" y sobre lo que se habló en la reciente reunión de banqueros de Jackson Hole: la subida de tipos en septiembre.