El EuroStoxx 50 consiguió el viernes batir el techo de la consolidación de las últimas seis semanas, algo que ha servido para reducir la sobrecompra pero no las tengo todas de que esto haya sido suficiente para poder favorecer la reanudación de la tendencia alcista hacia objetivos en 4.575 puntos.
En este sentido, si analizamos la reconstrucción alcista del EuroStoxx 50, que nació en los mínimos de marzo de 2020, podemos ver como la última consolidación que desarrolló se inició a comienzos de junio y la tendencia alcista no se reanudó hasta finales de octubre.
Hablamos de que fueron necesarias veinte semanas antes de que se iniciara el segundo escalón en el que nos encontramos ahora. Por tanto, seis semanas pueden parecer muchas pero todo es relativo. Con esto no quiero decir que no podamos ver una continuidad de las subidas a corto, máxime tras superarse los 4.040 puntos, pero si eso sucede es probable que aún estemos dentro de ese segundo escalón que se inició en octubre, que sería un alza que aún no habría sido corregida y eso es algo que quedaría pendiente para más adelante.
Esta continuidad alcista podría tener un recorrido del 6% hasta los 4.300 puntos, lo cual supondría una subida idéntica al primer escalón alcista que lo llevó de los 2.300 a los 3.400 puntos.
El problema es que si las bolsas europeas optan por seguir subiendo a corto es probable que estemos ante algo que me recuerda a lo de pan para hoy y hambre para mañana y nos espere un verano movidito en el que podrían caer chuzos de punta.
En caso de que prosiga la consolidación y se retrase la reanudación alcista, algo que ganaría enteros si el EuroStoxx 50 pierde soportes de 4.020 puntos, podríamos tener un verano o una parte final del año con subidas importantes.
Pero me parece inverosímil que esto vaya a subir indefinidamente sin que se corrija este segundo escalón que nació a finales de octubre. En cualquier caso, pase lo que pase la recomendación es mantener y seguir disfrutando de la tendencia, que es indiscutiblemente alcista.