Para que podamos fiarnos de la sostenibilidad del rebote que están formando las bolsas europeas en el corto plazo lo mínimo exigible es que las subidas consigan cerrar de forma generalizada los huecos que se generaron a la baja en la apertura del 24 de febrero, día en el que comenzó la invasión rusa sobre territorio ucraniano. Para lograr esto el EuroStoxx 50 (SX5E.ST) debería cerrar una sesión sobre los 4.050 puntos, que son los máximos que marcó el miércoles 23 de febrero. En el caso del Ibex 35 (IBEX.MC) la resistencia análoga se encuentra en los 8.607 puntos y en el DAX (DAX.XE) está en los 14.900 puntos. Mientras eso no suceda se mantendrá la amenaza bajista de asistir a otro latigazo que no pondrá en jaque las posibilidades alcistas de las bolsas europeas mientras no profundice por debajo de los 3.600 puntos del EuroStoxx 50.