El rebote que desarrollan las principales bolsas europeas a corto plazo será vulnerable mientras no se superen los máximos que vimos la semana pasada, tales como son los 11.855 puntos del DAX 30 (DAX.XE) alemán. La superación de estas resistencias permitiría hablar de cierta fortaleza a corto ya que permitiría que el selectivo germano, por ejemplo, confirmara un pequeño patrón de giro al alza que abriría la puerta a un rebote mayor. El problema que vemos es que esa pauta de vuelta no es tan clara en el resto de índices europeos, algo que vuelve a invitarnos a la prudencia y a seguir teniendo prudencia antes de plantearnos volver a comprar con fuerza renta variable. Para esto último, como venimos insistiendo desde hace semanas, estamos esperando que al otro lado del Atlántico los índices norteamericanos alcancen sus mínimos de junio, tales como son los 2.725 puntos del S&P 500 (SP500.CH).