Situación de corto plazo:
El S&P500 (SP500.CH) sigue mostrándose incapaz de batir la importante resistencia de los 3.233 puntos, que son los máximos que marcó el pasado mes de junio y el origen de la fase de consolidación que desarrolla durante las últimas semanas. La superación de la misma sería algo muy positivo de cara a poder confiar en la posibilidad de asistir a una subida hacia los altos del año y techo del Covid-19 en los 3.400 puntos. Se podrá confiar en la posibilidad de ver su ruptura siempre y cuando un eventual recorte no lleve al S&P 500 a perder soportes clave que a corto plazo encuentra en los 3.115 puntos, cuya cesión nos advertiría de una probable caída a los mínimos de junio que marcó en los 2.965 puntos.
La ruptura de la resistencia de los 3.233 puntos en el S&P 500, siempre que el Dow Jones Industrial haga lo propio con la resistencia de los 27.000 y 27.580 puntos, plantearía un contexto de alzas hacia los altos del año y techo del Covid-19, lo cual daría un margen de subida adicional del 10% en el caso del Dow Jones Industrial y del 6% en el S&P 500.
Un contexto de continuidad alcista y de ruptura de esas resistencias señaladas es algo en lo que se podrá confiar mientras el Nasdaq 100 (NDX100.NQ) no cierre una semana por debajo de los mínimos de la semana anterior, algo que hace 16 semanas que no ocurre. Los últimos mínimos los ha establecido en los 10.485 puntos.
Situación tendencial:
El fuerte rebote visto desde los mínimos de marzo es una clara señal de fortaleza que aleja los riesgos de ver una caída por debajo de esos mínimos y una corrección del 50 y sobre todo un 61,80% de todo el rebote lo veríamos como una inmejorable oportunidad para comprar renta variable norteamericana con una visión de largo plazo.