Situación de corto plazo:
El cierre de los huecos que se abrieron el pasado miércoles ha sido una señal de fortaleza que ha abierto la puerta a que pueda formarse un rebote mayor, pero no es suficiente para dar por cancelada la corrección que desarrolla el mercado norteamericano a corto plazo. Sí lo sería la superación de los máximos del martes pasado en los 2.992 del S&P 500 (SP500.CH) y los 27.050 puntos del Dow Jones Industrial (DJI.NY). Mientras eso no suceda no nos sorprendería que después de este rebote se desarrolle una caída adicional hacia los mínimos de agosto y no descartamos que busque la zona de mínimos de marzo y junio, que es la que en principio esperamos para comprar renta variable estadounidense.
Los mínimos de junio en Wall Street serían los análogos a los mínimos de agosto en Europa, concretamente hablamos de la zona de los 2.720 de S&P 500. Esta corrección es la que insistentemente venimos recomendando esperar antes de volver a comprar bolsa de un modo contundente. Seguimos confiando plenamente en la tendencia de fondo y mientras no se pierda la zona de los 2.600 puntos del S&P 500 entendemos que eventuales caídas son una buena oportunidad para aumentar exposición. Los 2.600 puntos consideramos que son la línea divisoria entre un escenario de reanudación de la tendencia en subida libre absoluta y uno potencial de vuelta a los mínimos de Navidad.
Situación tendencial:
Los mínimos establecidos la última semana del año pasado en los índices norteamericanos, tales como son los 5.895 puntos del Nasdaq 100 (NDX100.NQ), los 21.712 del Dow Jones Industrial y los 2.346 del S&P 500, han sido un suelo y el origen de la reanudación de la tendencia en subida libre absoluta que desarrolla el mercado estadounidense a largo plazo. Mientras estos mínimos de Navidad no se pierdan la tendencia principal o de largo plazo se mantendrá alcista.