Última oportunidad para May: podrá presentar su acuerdo del Brexit otra vez antes de una prórroga larga
- May podrá presentar su acuerdo una vez más antes del día 20
- Si no se aprueba entonces, tendrá que pedir una prórroga larga
Víctor Ventura
Por los pelos. Theresa May ha salvado su primera bola de partido por apenas dos votos y podrá presentar su plan para una prórroga del Brexit, tal y como anunció ayer. Así, la primera ministra tendrá una última oportunidad para aprobar su acuerdo antes de tener que solicitar una prórroga larga a la UE en la cumbre del día 21. Por una vez, los grandes derrotados fueron los pro-europeos, que vieron caer la petición de un segundo referéndum y un intento de imponerle los plazos a May, aunque por un margen minúsculo.
La intención de la primera ministra, como aparece en la propuesta presentada tras su derrota de ayer, es obligar a los diputados a elegir entre dos opciones: aprobar su acuerdo, que volvería a presentar la próxima semana, junto con una "extensión técnica" de unas semanas hasta que terminen de ratificar el tratado, o pedir una prórroga larga, de hasta dos años, que incluya presentarse a las elecciones europeas de mayo. Este plazo, en teoría, sería el mismo que el acuerdo actual incluye como "periodo de transición", en el que el país ya estaría obligado a seguir obedeciendo las leyes europeas.
La moción final fue aprobada por 412 votos a 202. En contra votaron 188 de sus diputados, incluidos 8 ministros, que se suman a otros cuatro que se abstuvieron en otra votación clave ayer en la que May pedía votar en contra. Entre los 112 que votaron a favor, su exministro del Brexit David Davis, un 'brexitero' de primera hora que parece haber cambiado de opinión. El Partido Conservador parece estar al borde de la ruptura.
Una victoria ajustadísima
Pero la tensión se había vivido unos minutos antes. La enmienda clave, presentada por una enorme coalición de diputados de casi todos los partidos, pretendía quitar al Gobierno el poder para fijar el orden del día de la Cámara de los Comunes a partir del próximo miércoles 20. En su lugar, esa coalición podría presentar "planes alternativos" sobre el Brexit para que los parlamentarios debatan una salida distinta. El portavoz escogido por May -que sigue afónica- para defender su moción, David Liddington, ya dejó caer que el Gobierno acabaría por tomar esta salida si su acuerdo es rechazado de nuevo. Esta promesa terminó por convencer a los diputados, que rechazaron la enmienda por 314 a 312 votos.
Una segunda enmienda, más breve, planteaba quitar a May la opción de volver a presentar su plan de salida. En concreto, apela al reglamento de la Cámara, que prohíbe debatir dos veces en la misma sesión el mismo proyecto. Si se aprobaba, May no podría siquiera apelar al chantaje de 'mi acuerdo o no habrá Brexit' que plantea contra los 'Brexiteros' duros que han hundido sus dos intentos anteriores. En ese caso, lo único que habría quedado es la extensión larga.
Pero el presidente de la Cámara, John Bercow, exdiputado 'tory' y reconocido anti-Brexit, pidió no votar esa enmienda al final. El propio presidente, al fin y al cabo, podría aplicar esa norma unilateralmente, como señala el reglamento, y vetar una tercera votación del plan de May si así lo considera apropiado. Bercow ya advirtió ayer de que "tomaría una decisión" si esto sucede.
Las otras dos enmiendas eran bastante más intrascendentes. El líder laborista Jeremy Corbyn propuso un aplazamiento del Brexit sin condiciones hasta que el Parlamento británico consiga un acuerdo mayoritario para presentarlo a Bruselas. Fue rechazado por 318 a 302 votos.
El presidente también dio paso también a la enmienda de la diputada independiente Sarah Wollaston para que se vote un segundo referéndum. Era la primera vez que se sometía a votación, y la enmienda fue rechazada por 334 a 85 votos, después de que el Partido Laborista y una serie de 'tories' que estarían dispuestos a apoyarlo anunciaran su abstención. Su argumento es que es "demasiado pronto", y antes, consideran, hay que probar "las demás opciones".
Fuera de las enmiendas aceptadas por Bercow ha quedado la prohibición directa de ese segundo referéndum promovida por los diputados 'Brexiteros'. La enmienda descartaría una segunda consulta "por ser cara y causar división", y su rechazo ha provocado las quejas de Jacob Rees-Mogg, líder del European Research Group (ERG), la facción más dura de los brexiteros.
¿Y si hay una extensión?
El Gobierno ha insistido en que una extensión larga sería "un problema", dado que participar en las elecciones europeas costaría "100 millones" de libras y sería un símbolo de derrota británica. Pero los defensores del proyecto alegan que, ante el fracaso de May de negociar un acuerdo que contente a alguien más que a ella y su Gobierno, es necesario más tiempo para encontrar un plan que refleje las aspiraciones de una mayoría del país "y no solo de un ala del Partido Conservador".
Incluso la web del think tank de los 'tories', ConservativeHome, incluía un artículo en el que se se afirmaba que una extensión, con elecciones incluídas, sería mejor que el plan de May. La clave está en que el acuerdo de salida incluye dos años de 'transición' en los que Reino Unido seguiría aplicando las leyes europeas, sin poder participar en sus instituciones. Con la prórroga, el país seguiría teniendo "voz y voto" en Bruselas hasta entonces.
El que no parece estar nada contento es Donald Trump. Mientras el Parlamento debatía el futuro del Brexit, el presidente estadounidense dijo estar "sorprendido" por "lo mal" que han ido las negociaciones, y criticó a May por "no haber hecho caso" a los consejos que le dio para negociarlo. Si a May le faltaban críticas de algún lado, ya está la última.