Economía

Narciso Michavila (GAD3): "Vamos a dejar de medir la felicidad en euros, el dinero no da la seguridad"

  • "La imagen de los empresarios no ha dejado de crecer semana a semana"
  • "Los empresarios que se pongan al lado del cliente, del proovedor o del trabajador, van a salir reforzados"
  • "No han fallado ni los recursos ni el personal, ha fallado la previsión"
Narciso Michavila, presidente de GAD3. Imagen: Remo Vicario

Carmen Obregón

Narciso Michavila, presidente de la consultora de Investigación Social, GAD3, necesita pocas presentaciones. Con motivo de la crisis del coronavirus, sus consecuencias económicas, políticas y sociales y la última encuesta del CIS de Tezanos, el sociólogo y estadístico hace para elEconomista algunas predicciones.

¿En qué momento estamos?

En este momento el virus está ganando la guerra. Primero, porque tiene un comportamiento global, segundo porque tiene un comportamiento muy simple, y tercero porque es persistente. Son las claves del éxito de cualquier organización expansiva. Pero el ser humano terminará ganando la guerra como siempre ha ganado las pandemias anteriores, porque cuenta con el arma más poderosa, poder cooperar. El ser humano tiene empatía y es capaz de ponerse en la situación del otro. De hecho, la mayoría de la población española pide que haya luto oficial. Y es que, si entendemos que se están muriendo miles de compatriotas en silencio, solos y sin poder despedidos, el sentimiento de la sociedad se tiene que manifestar en el duelo. El español no entiende que todavía no se haya declarado luto oficial.

¿Qué cambios sociales nos vamos a encontrar al salir a la calle?

Somos de las primeras generaciones vivas en Europa, en el mundo occidental, que no hemos vivido ni una pandemia ni una guerra. Siempre hemos dado la supervivencia por hecha, y por tanto, que vamos a fallecer ya de ancianos. Y de repente, la muerte aparece, en nuestras vidas no como algo lejano, sino como algo posible y real. Eso va a hacer que muchos de los valores y comportamientos de la era post-moderna van a cambiar.

¿Cómo lo vamos a notar?

Yo creo que vamos a ir hacia atrás en algunos valores más tradicionales y que la sociedad post-moderna habíamos abandonado. Por ejemplo, el cuidado de la naturaleza. Vamos a avanzar 20 años en la lucha contra el cambio climático. La familia será fundamental, hasta el punto de que en 2021 bajarán los nacimientos, pero a partir del 22 se producirá un repunte muy potente de la natalidad en los países occidentales. Al mismo tiempo, se puede producir un repunte del número de divorcios, pero en el medio plazo van a bajar. Vamos a dejar mucho individualismo detrás. Vamos a descubrir que tenemos mucha más fortaleza y capacidad de aguante, como nuestros antepasados. En las encuestas, la gente se siente preocupada, pero está demostrando una capacidad de resilencia como ha pasado siempre en la historia de España, con una autoimagen de los que nunca ha sido tan positiva. Y, con una imagen de los empresarios que no ha parado de crecer semana a semana. Además, los empresarios que en lugar de ponerse en frente del cliente, del proveedor o del trabajador se pongan a su lado, esos van a salir reforzados.

¿Tendremos que acostumbrarnos a vivir bajo amenaza?

Sí, pero esta amenaza, al ser sanitaria y no militar, va a potenciar tendencias que había. Vamos a avanzar en igualdad de género, compartir tareas. Se van a romper muchos moldes. Va a ser una sociedad muchísimo más flexible en términos de horarios.

¿Se traducirá en los sueldos?

Bueno, ese va a ser uno de los temas capitales. Vamos a dejar de medir la felicidad en euros, porque al final hemos visto que el dinero no consigue darnos la seguridad ni la felicidad. Va a haber mucho replanteamiento de cantidad de cosas como las grandes celebraciones, donde una boda o una comunión se había convertido en algo mercantilista.

¿Y en el plano político?

Hasta ahora íbamos hacia una transferencia a políticos progresistas que cada vez decidían más en tu vida. Y creo que aquí se va producir un cambio, con un cuestionamiento muy serio -como en las dos guerras mundiales- del papel de los políticos en el servicio público. Porque, por ejemplo, en términos de Sanidad, lo que ha fallado no han sido ni los recursos ni el personal sanitario, ha fallado la previsión. En España se va a abrir un gran debate cuestionando la presencia de los políticos en puestos que deberían ser técnicos, entre otras en el CIS que hoy dirige Tezanos.

Y, ¿qué le preocupa de este CIS?

Me preocupa que, en estas encuestas, para que el decisor tome buenas decisiones, se esté haciendo propaganda.

¿Está pensando el CIS de Tezanos en elecciones generales?

No creo que sean conscientes de que van a terminar en elecciones- Pero es evidente de que a finales de 2021, Sánchez no va a estar en el Gobierno. No sé quien estará.

¿El papel de las farmacias ha sido lo suficientemente ponderado?

Quien al final está en todos y cada uno de los pueblos de España es el farmacéutico, y España es uno de los dos países del mundo con mayor esperanza de vida. La gestión de las farmacias reúne una buena iniciativa privada con una buena supervisión del control público. Pero, cuando quieres que el control sea de los funcionarios, dejas de tener flexibilidad. Eso se ha visto con las mascarillas.

¿Está habiendo intervencionismo?

En esta crisis ha faltado previsión, por un lado, y por otro, se ha tendido a tener al empresario como enemigo. Si lo tienes como amigo, lo que haces no es confiscarle, porque en el momento en el que los gobiernos confiscan, todos los proveedores se van a países donde no les van a confiscar, y que es lo que ha pasado en España.