Buen Gobierno y RSC
"El 'Índice de Sostenibilidad Dow Jones' es una referencia clave para los inversores socialmente responsables"
- "La pertenencia al DJSI es una credencial de buena gestión"
- "El 40% de las firmas españolas invitadas está en el índice"
Eloísa Lamata
El Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI World, por sus siglas en inglés), variante del índice bursátil de Nueva York Dow Jones, está conformado por aquellas compañías que, en el ámbito mundial, demuestran un desempeño superior a sus comparables bajo criterios sociales, ambientales y económicos. Este índice, elaborado por la firma de inversión especializada en sostenibilidad RobecoSAM, escoge a las 320 compañías socialmente más responsables de entre las 2.535 empresas más grandes del mundo. Se viene elaborando desde 1999 con información solicitada previamente a las empresas de mayor capitalización bursátil y constituye un índice de referencia para los sectores empresariales y financieros. El DJSI selecciona los valores de las empresas más sostenibles de todo el mundo, divididas en 24 sectores industriales. El informe parte de una evaluación anual de las compañías y, posteriormente, junto con las variantes regionales de Norteamérica, Europa, Asia-Pacífico y Corea, sirve para diseñar carteras de inversión que prestan atención a la creación de valor a largo plazo.
En la edición de 2017, publicada recientemente, un total de 14 empresas españolas figuran en el índice, lo que supone cuatro menos que en la edición anterior, cuando ingresaron un total de 18. Las elegidas este año son Banco Santander, Bankia, CaixaBank, Ferrovial, Siemens Gamesa Renewable Energy, Enagás, Inditex, Amadeus, Indra, Telefónica, Endesa, Gas Natural, Iberdrola y Red Eléctrica.
¿Qué representación tienen las empresas españolas en el 'DJSI'?
Las 14 compañías españolas seleccionadas para el índice mundial suponen más del 40 por ciento de las firmas invitadas. Esta sobreponderación de nuestro país refleja los importantes avances que han llevado a cabo las compañías españolas, hasta el punto de que tres de ellas -Amadeus, Red Eléctrica e Inditex-, se han colocado como líderes absolutos de sus respectivos industry groups -agrupación de sectores relacionados-. Además, Gas Natural Fenosa también ha sido líder de su subsector, Gas Utilities.
¿Qué supone figurar en el 'Índice de Sostenibilidad Dow Jones'?
En mi opinión, el índice ofrece una gran oportunidad para las empresas para impulsar sus esfuerzos en materia de sostenibilidad. El DJSI es solo la punta de iceberg, ya que las compañías supieron ver lo que suponía estar en el índice. Las empresas se han dado cuenta de que hay que prestar atención a las cuestiones no financieras, al tiempo que desarrollan políticas expresas en las que se examinan cuestiones que van más allá de lo financiero, aspectos que también examinan los inversores inteligentes, a los que no les gustan los sustos y apuestan por el largo plazo. Al fin y al cabo, las compañías utilizan el DJSI y la pertenencia al índice como una credencial de buena gestión, y de un modelo de negocio con futuro, de tener equipos de gestión preocupados por lo que está pasando alrededor...
¿Cuáles son los requerimientos que se les hace a las empresas?
Cada año crece la exigencia y competencia para entrar y mantenerse en el Dow Jones World Sustainability Index, que va incrementando año a año los requerimientos a las empresas. Cada ejercicio va variando los criterios de puntuación, añadiendo diferentes prácticas a implementar y también modifica la ponderación de las mismas a la hora de valorar. De esta manera, no sólo hay que tener en cuenta la actividad de uno mismo, sino también la que generan los otros. Además, cada sector exige unos determinados estándares, lo que hace que la competencia entre las compañías sea diferente.
¿Cómo han evolucionado esos requerimientos desde que comenzó el índice?
Si las preguntas o requerimientos que se les exige a las compañías siguieran siendo los mismos que hace 15 años, evidentemente, sacarían todas muy buena nota y todas merecerían entrar en el índice. Dow Jones y Standard&Poors, cuando ponen en marcha este índice hacen un esfuerzo para, cada año, revisar las exigencias que van a plantear a las compañías. Por ejemplo, cuando introdujeron la transparencia fiscal como criterio de evaluación hace tres años, al principio solo preguntaban sobre la disponibilidad de esta política. Después, cuando prácticamente todas disponían de ellas, indagaban sobre los sistemas de gestión, y un año más tarde, se interesaban sobre la transparencia informativa acerca de determinadas materias y los objetivos concretos. Es decir, que los requerimientos son graduales y progresivamente crecientes, teniendo en cuenta las tendencias y demandas de los inversores. Si en ejercicios anteriores se incorporaron las políticas de pago de impuestos o de Derechos Humanos al listado de criterios a evaluar, este año RobecoSAM incluyó por primera vez la categoría Influencia política para conocer las políticas y actividades de lobby de las empresas del índice, así como la evaluación económica de los impactos sociales y ambientales.
¿Hay alguna novedad este año en cuanto a la presencia geográfica?
Existen mercados emergentes como el coreano o el latinoamericano que han acelerado de forma significativa su presencia en este tipo de índices. No obstante, cabe destacar la sobrerrepresentación de las compañías españolas, pues cada año entran a formar parte del índice entre el 30 y el 40 por ciento de las firmas invitadas, en vez del 10 por ciento que se supone nos correspondería por la aplicación de la regla matemática. Y eso es mérito de las compañías de nuestro país. Ahí hay mucho trabajo detrás.
¿Qué impacto puede generar la pertenencia a este índice en cuanto a la atracción de inversiones?
Cada vez más inversores consideran los aspectos éticos, los impactos ambientales y las cuestiones sociales como criterios a considerar en sus decisiones de inversión por el indudable impacto que estos factores pueden tener en el negocio y en los resultados futuros. Y no son pocos los que, para ello, hacen uso de estos índices al realizar su selección, ya que les permite comparar a las compañías y a los sectores, estar más informados para ejercer su derecho a voto o reforzar su decisión reduciendo el riesgo. Índices como DJSI convierten el comportamiento corporativo en reputación, porque lo hacen reconocible para aquellos grupos de interés que más importan, y actúan como diagnósticos que ponen de manifiesto aquello que podría mejorarse contribuyendo así a su transformación. Digamos que el Índice Dow Jones de Sostenibilidad proporciona una herramienta clave para que los inversores puedan crear asignaciones de activos que apoyen la sostenibilidad. Es una constatación el hecho de que la media del valor bursátil de las compañías que año tras año están presentes en esta corta lista supera la de aquellas que no lo están. En este sentido, es esencial para las corporaciones reconocer la sostenibilidad, establecer políticas y administrar sus negocios de manera que garanticen la sostenibilidad del ambiente y de la sociedad.