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Las personas con estudios superiores tienen un 28% más de tasa de empleo

  • La tasa de ocupación de los alumnos de FP supera en un 3,7% la de los universitarios
  • El 90% de los doctores que finalizaron entre 2015 y 2019, hoy están trabajando
  • La brecha de género laboral se reduce cuanto mayor es el nivel de educación

Celia Moro Aguado
Madrid,

En 2021, último año del que se tienen datos, la tasa de empleo de la población española entre los 20 y los 64 años que contaba con estudios superiores era del 77,2% en mujeres y del 82,7% en hombres, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Se trata de un nivel de ocupación notablemente más alto que el 57,8% de aquellas mujeres que alcanzaron el nivel de secundaria (segunda etapa) o que el 69,2% de los hombres con esta misma formación.

Aún es más acuciado en aquellas personas que solo llegaron hasta preescolar, primaria y secundaria (primera etapa), de los cuales contaban con empleo el 45,9% de las mujeres y el 66,5% de los hombres.

Por tanto, en ambos géneros, la empleabilidad aumenta de forma considerable cuanto mayor es el nivel formativo. Concretamente, las personas con estudios superiores tienen una tasa de ocupación un 28% más alta que las personas que solo cuentan con preescolar, primaria o secundaria de primer nivel y un 11,4% más que las que tienen secundaria de segunda etapa.

Formación profesional

Los ciclos formativos tienen la ventaja, de cara al mercado de trabajo, de estar muy orientados a la práctica, hasta el punto de que, según el portal de empleo Randstad, los estudiantes de FP pasan entre un 25% y un 35% de su tiempo de estudio en centros de trabajo. De esta forma, las empresas se encuentran con trabajadores cualificados y con experiencia incluso el mismo año en el que terminan sus estudios.

Otro factor valorado por los empleadores, es el hecho de que su duración es más corta que la formación universitaria, por lo que pueden incorporarse más rápidamente a la vida laboral. Tanto es así que, según datos de Universae, cerca del 50% de los titulados en FP encuentran trabajo de manera casi inmediata tras graduarse.

A su vez, la tasa de empleabilidad de la formación profesional, según el último Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, del año 2021, se sitúa en el 42,2%, por encima de la de estudios universitarios, que se encuentra en el 38,5%. Además, de acuerdo con Adecco, 1 de cada 3 de las ofertas de empleo que se publican en España requiere contar con un título de FP.

Concretamente, el 79,5% de los graduados en el curso 2013-2014 se encontraba trabajando cinco años después.

Juanjo Amorín, director de EDIX, la Escuela Digital Workers de UNIR, explica que los perfiles informáticos como DAM (Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma), DAW (Desarrollo de Aplicaciones Web) y ASIR (Administración de Sistemas Informáticos en Red) cuentan con un 95% de empleabilidad, impulsados por la necesidad de las empresas de encontrar personal cualificado para contribuir a la transformación digital que persiguen los fondos europeos.

La alta empleabilidad se refleja en el aumento de la popularidad de este tipo de estudios, anteriormente considerados de menor interés que, por ejemplo, los universitarios.

Los datos del informe Estadística del Alumnado de Formación Profesional. Curso 2020-2021, publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, muestran que el número de matriculaciones en los Grados Medios en el curso 2020-21 aumentó un 28,7% respecto a cinco años antes, hasta los 985.431 alumnos. En el caso de los estudiantes de Formación Profesional de Grado Superior, el incremento registrado respecto a 2015-2016 fue del 43,3%, hasta los 507.335.

En consideración con la satisfacción con este tipo de estudios, el barómetro sobre la empleabilidad de la FP, que CEAC ha realizado en conjunto con Randstad, muestra que un 74% de los consultados considera que la FP es una opción excelente para su carrera profesional y reconocen sus ventajas. Por otra parte, un 68% de los encuestados cree que actualmente existe una alta demanda de técnicos y auxiliares con FP en el mercado.

Grados

El pasado año 2021, el número de matriculados en las pruebas de la PAU descendió ligeramente en relación al 2020, desde los 270.172 a los 265.248. Sin embargo, los estudios universitarios aún son una opción popular a la hora de continuar formándose tras cursar bachillerato, a pesar de que su tasa de empleabilidad es un 3,7% menor que la de la formación profesional.

Según datos de afiliación a la Seguridad Social del Ministerio de Universidades, el 75,4% de los egresados en el curso 2015-2016 se encontraban trabajando cuatro años después, en el 2020. De estos, el 58,9% consiguieron contratos indefinidos.

Dentro de las titulaciones universitarias, existen algunas con altos índices de empleabilidad. De acuerdo a la última Encuesta de Inserción laboral de Titulados del INE, Ingeniería electrónica es la que mayor tasa de empleo tiene, con un 97,5%, seguida de cerca por Desarrollo de software y de aplicaciones e Ingeniería multimedia y por Ingeniería de telecomunicación, con un 97,4%y 97,1% respectivamente. También cuentan con índices elevados Podología (96,9%), Ingeniería de organización industrial y Nanotecnología (96,7%), Ingeniería aeronáutica (96,6%), Odontología (96,4%) o Informática (96,4%). Por el contrario, las que menos tasa de empleabilidad poseen son: Filosofía (63,8%), Conservación y restauración (63,8%) e Historia del arte (65,0%).

En cuanto a salarios, de media, las personas que terminaron su carrera en el curso 2015-2016, cuatro años después, cobraban de media 28.081,7 euros anuales, siendo el ámbito de la Informática el que cuenta con una cifra mayor (32.654,7 euros) y el de Ciencias el que tiene una cifra menor (24.376,7 euros).

Máster

Los Máster son obligatorios para acceder a ciertos empleos, como es el caso del profesorado o de los doctores. Sin embargo, aunque otros son de carácter voluntario, lo cierto es que pueden resultar de utilidad a la hora de encontrar un empleo, gracias a la especialización que ofrecen y que suele ser muy valorado por las empresas.

Así, durante el curso 2021-2022, 258.991 estudiantes se matricularon en un máster.

Respecto a su empleabilidad, los datos del INE muestran que, de media, un 65,9% de las personas que finalizaron este tipo de estudios en el curso 2015-2016, cuatro años después están afiliados a la seguridad social. De estos, el porcentaje mayor pertenece al ámbito de la Salud y Servicios (76,9%) y la Educación (73,4%); por otro lado, los de menor tasa de afiliación son los de Artes y humanidades (53,2%), Ciencias sociales, Periodismo y documentación (54,2%) y Negocios, administración y derecho (57,5%). De los ocupados, un 56,4% cuenta con contrato indefinido.

Doctorados

Según los datos de una encuesta reciente de la Universidad de Alcalá, el 90% de los doctorados entre 2015-2019 están trabajando. De estos, el 30% ocupa puestos de trabajo que requerían los estudios de doctorado, el 22% lo hace en puestos que requerían máster y el 40% en puestos que solo requerían estudios de grado.

"Como todos los estudios, los de doctorado suponen un extra para encontrar un puesto de trabajo, aunque no todos acaban ocupando puestos acordes al nivel de sus estudios", explica Javier Salas, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Alcalá.

De acuerdo con Salas, el objetivo principal del doctorado es la investigación, de forma que, principalmente, estos estudios capacitan para ocupar puestos de trabajo en organismos públicos y privados dedicados a esta área, como por ejemplo centros de educación o investigación (la universidad, en la que trabajan en torno al 30% de los doctores) o centros de salud y hospitales, así como en empresas con departamentos de I+D+i.

Sin embargo, el director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Alcalá afirma que más allá de este sector, que es el más conocido, estos estudios suponen la especialización de los estudiantes en un tema muy específico y su capacitación para afrontar el análisis de nuevos retos, lo que les convierte en trabajadores de alta cualificación para las empresas, pudiendo convertirse, por ejemplo, en abogados, economistas o ingenieros especializados en un sector específico. Así, el 12% de los doctores ocupan puestos de director o gerente y el 82% son técnicos profesionales científicos e intelectuales.

Juan Arturo Rubio Arostegui, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad Nebrija, añade: "el papel de los doctores no vinculados a la universidad es cada vez más valorado. Los datos que tenemos de empleabilidad en España reflejan que por encima del 90% los egresados obtienen un trabajo vinculado a su formación de alto nivel, si bien hay diferencias cualitativas entre las áreas de conocimiento de las humanidades, las ciencias sociales y las ciencias experimentales. Las universidades ya no son el destino principal del empleo de los doctores".

El catedrático afirma que los doctorados dotan a sus estudiantes de ciertas competencias de utilidad para las empresas, tales como: "el pensamiento crítico necesario para investigar" o "la dificultad que hoy conlleva sacar adelante una tesis doctoral". Por lo tanto, los doctores contarían con "una base más que sólida para aportar valor en sus futuros trabajos en la academia y fuera de ella".

Sin embargo, Rubio manifiesta la necesidad de que el sector empresarial y la administración pública española valoren estos perfiles de alto nivel formativo. "Las convocatorias públicas del doctorado en mención industrial (estatal y autonómicas) son clave para tender puentes entre la empresa y el doctorado, pero no son suficientes: la inversión empresarial en la investigación es raquítica en España, comparativamente con Europa, y debe cambiar también por su propia subsistencia en el mundo globalizado. Por otro lado, la inversión que hacen las universidades españolas en los futuros doctores no debe seguir siendo dilapidada cuando los investigadores españoles se ven obligados a emigrar a los países de destino, que todos conocemos", reivindica.

Brecha de género

De acuerdo con los datos del INE, la brecha de género entre mujeres y hombres con estudios superiores en el año 2021 era de un 5,5 % (considerándose como la diferencia entre la tasa de empleo de los hombres y la tasa de empleo de las mujeres en este nivel educativo).

Por el contrario, este dato es del 11,4% entre mujeres y hombres con educación secundaria en la segunda etapa y del 20,6% entre los que únicamente han estudiado preescolar, primaria y secundaria en su primera etapa. Es decir, existe una relación inversamente proporcional entre el nivel educativo alcanzado y la brecha de género; según aumenta la formación, más se reducen las diferencias entre la ocupación laboral de hombres y mujeres.