eSports
Vivir de los esports en España es una realidad: cómo dejar tu trabajo para dedicarte a jugar videojuegos
- En época de torneo pueden dedicar hasta 14 horas diarias a entrenar
- Llegará un momento en el que se podrá vivir "muy bien" en el sector
Chema Flores Quesada, Javier Calvo, Israel Cánovas
Madrid,
Dejar una carrera profesional convencional para dedicarse al incipiente mundo de los esports no es una decisión fácil, ni de tomar ni de explicar. Esa es la disyuntiva a la que se enfrentan cada vez más personas en España, debido al ritmo al que crece un sector cada vez más profesionalizado.
Por este particular trance pasaron Enrique SamCro Cuerda, entrenador del equipo de Arena of Valor de Team Queso y enfermero con más de 8 años de experiencia; Esteban Akawonder Serrano, el jugador de Hearthstone más importante de España y miembro de SK Gaming, además de antiguo informático; y Fran GranPkT Núñez, laureado jugador de Heroes of the Storm en el equipo ePunks, estudiante universitario y exconsultor de ciberseguridad.
"Tenía una carrera profesional, era enfermero, y cuando surgió la oportunidad en el mundo de los esports y la acepté, en mi familia no lo vieron claro", explica SamCro. "Ni siquiera tenían muy claro en qué consistía lo que iba a hacer", asegura. "Con el tiempo ven que es un trabajo, con una remuneración, que crece, con exposición en los medios... y acaban tolerándolo", concluye. En este sentido, reclama un mayor esfuerzo divulgativo para dar a conocer la realidad del sector.
"Yo he tenido suerte, mis padres, muy jóvenes, me apoyaron desde el principio, aunque me exigieron que siguiera estudiando", asegura GranPkT, que ya cuenta con varios títulos internacionales a sus espaldas. "Una vez que entra dinero en casa es más fácil que lo entiendan", precisa. "Ahora mi familia ya me ve, y hasta me escribe mi abuela para comentarme las partidas", confiesa entre risas.
Vivir de los esports en España, una realidad
Vivir de los esports ya es una realidad. "El sector no solo ha evolucionado en España, sino que ya casi estamos al nivel que nos corresponde como país", apunta Akawonder. "Tenemos competiciones serias, eventos grandes, gente que acude a verlos... ya no son cuatro chavales que se juntan y los ve solo su familia", asegura el jugador, recién clasificado para Blizzcon, donde representará a la selección española. La situación que vive el sector le recuerda al de otros deportes tradicionales. "Y aún tenemos margen de mejora", advierte. En este sentido, asegura que ya se puede vivir de los esports, y que llegaremos a un punto "en el que se podrá vivir muy bien".
Pero como todo trabajo, también exige una serie de esfuerzos y rutinas que permitan a los jugadores dar lo mejor de sí mismos y obtener los mejores resultados. "Es una rutina de trabajo bastante dura, sobre todo en época de torneos", asegura Akawonder. "El nivel de autoexigencia que me autoimpongo no lo habría planteado en ninguna otra actividad de mi vida... y no se lo recomiendo a nadie", insiste. "Te levantas cada día con ganas de ganar y de ser el mejor, y sacrificas todo lo sacrificable para lograrlo, y dedicas todo tu día al juego para ser el mejor", confiesa.
Eso sí, el crecimiento del sector y la posibilidad de poder vivir de los esports hace que se de un fenómeno curioso: no tienen categoría específica para cotizar, ante lo que piden que se refuerce la educación financiera.
Akawonder explica que cuando él comenzó a trabajar como autónomo por su anterior empleo de informático se puso en manos de una gestoría que le explicó los temas fiscales. Sin embargo, "cuando llegué a los esports fue al revés, tuve que explicar yo a la gestoría lo que estaba pasando. Era una nueva vía de negocio que no sabían ni dónde meterme, ni cómo clasificarme. Es un proceso de aprendizaje mutuo. No está regulado". Precisamente, ante este vacío, los tres se muestran partidarios de impartir educación financiera en los estudios superiores. "Esto ya no es deportes electrónicos. No podemos ser emprendedores si no sabemos ni cómo hacer una factura o comprender un contrato".
Mucho entrenamiento para ser el mejor
Pero, ¿cómo es un día normal de uno de estos profesionales? "En época de torneo es jugar, jugar y jugar, analizar.... yo no me doy ni un respiro", comenta Akawonder. "Te pasas cada día 10, 12 o 14 horas entrenando, y parece que como es más mental que físico no te vas a cansar, pero acabas los días hecho polvo", concluye.
"En época de torneo te levantas, desayunas, juegas, haces un parón, sigues jugando, ves repeticiones, sigues analizando, sigues jugando...", corrobora GranPkT. "Incluso llego a soñar que estoy jugando, son 24 horas al día pensando en el juego", explica el gamer. "¡No es sano!", finaliza. En este sentido, el jugador reclama la presencia de psicólogos deportivos que ayuden a gestionar la preparación de estos torneos. "Permitiría alargar la vida de los jugadores de esports". "Pero de momento hay muy pocos", lamenta.
¿Por qué es tan importante contar con este tipo de asistencia? "Nosotros tenemos una psicóloga que fichamos cuando jugamos nuestro primer torneo en equipo, para que nos ayudase a estar más unidos", apunta Akawonder. "Se encarga, sobre todo, de mejorar la comunicación durante las partidas. Para eso, graba el audio de todas las partidas, las escucha y las analiza para ver cómo somos. Y después nos da pautas y ejercicios para que no haya nadie nervioso que ponga nervioso al resto, nos ayuda a relajarnos, nos ayuda a comunicarnos, nos indica lo que no hay que decir...", explica la estrella de SK Gaming.
"Por ejemplo, pone mucho énfasis en que no hay que hablar de los errores del pasado, pero siempre hay uno con el 'si no hubiéramos hecho eso', y se repite, y se repite"... continúa. "En mitad de la partida ponerse a hablar del error en lugar de hablar de los pasos que hay que dar para ganar no aporta nada", indica GranPkT en el mismo sentido.
Desde el punto de vista del entrenador, como es el caso de SamCro, también le dan gran importancia al aspecto psicológico. "En las disciplinas MOBAs, este tipo de trabajo es más habitual", apunta. "En estos juegos se juntan cinco personas, cada una de su padre y de su madre, unos que hablan mucho y otros poco, que pueden ser de distintos países, de distintos entornos familiares... y que tienen que funcionar a la vez", explica, para poner en situación.
"El entrenador ahí tiene una doble función", señala. "Por un lado, resolver los conflictos que puedan surgir. Limar asperezas entre jugadores, eliminar problemas... yo siempre digo que prefiero que tengan los problemas conmigo que entre ellos". "Y por otro lado, tienes que lograr una comunicación de calidad, sin sobrecarga, sin tensión... y preparar a los jugadores para los grandes eventos. Que sepan qué se van a encontrar, qué va a ocurrir. Porque al final no tiene nada que ver estar en tu casa jugando que estar con miles de personas mirando. La mente humana tienes que trabajarla para que no explote".
Mucho sacrificio, pero el 'gusanillo' de la competición puede con todo
Los tres corroboran que pese a que el trabajo diario para tener un gran nivel es muy sacrificado y conlleva mucha presión, la competición es lo que más reconforta. Son muchas horas y mucha disciplina para perfeccionar el juego, pero la posibilidad de competir a altísimo nivel y ser uno de los mejores del mundo en su disciplina es "un gusanillo" que les llena por completo, reconocen.
Akawonder disputará a principios de noviembre la BlizzCon, uno de los eventos más importantes de la industria y que el año pasado logró reunir a más de 35.000 personas y contó con Muse como grupo de su ceremonia de clausura. Una meta alcanzada con mucho sacrificio. "Llevo cinco años compitiendo en el mismo equipo, en la misma disciplina, con la misma intensidad. Cada día durante cinco años. Hay quien se cansa de una carrera, de dedicarle cuatro o cinco horas. Llevo cinco años de mi vida haciendo ese mes de exámenes, sin vacaciones, ni un solo día. Ni fines de semana.¿Me cansaré? Sí. ¿Estoy cansado? No. Cada vez que me da el gusanillo de competir, me llenan y se me pasan todos los males".
Como en todo deporte, el saber jugar en equipo es clave. Y es que la perfección para alcanzar el máximo nivel posible no pasa siempre por entrenarse uno mismo y revisar las partidas, sino también en aprender de otros jugadores y coordinarse con el resto de miembros del equipo. El ejemplo más claro es el de GranPkT, cuya trayectoria dio un gran giro cuando pasó de StarCraft a Heroes of the Storm. "Yo lo digo. Sin los hermanos [Pedro LucifroN Moreno Durán y Juan VortiX Moreno] yo no sería el jugador que soy hoy. No porque me hayan hecho ganar, sino por compartir la experiencia de jugar con gente que ha ganado torneos internacionales, que tiene una capacidad de esfuerzo que yo no había visto hasta ese momento. Cuando llegas al equipo, acaba el entrenamiento y ellos siguen jugando sabes que hay algo más, vas aprendiendo".
La importancia de los periféricos, una relación de fiabilidad para decidir una partida
Uno de los elementos clave para juego que se adquieren con la práctica es la memoria muscular. Los tres, respaldados por la marca de periféricos de alto rendimiento Razer, destacan la importancia de la relación del jugador con teclados, mandos, alfombrillas o auriculares.
"Es como preguntarle al futbolista por las botas o decirle a Nadal que juegue con una raqueta de 20 euros. -"con una Artengo", pone como ejemplo Núñez-. En Hearthstone uso solo ratón y cascos, y ahora mismo si me los cambias me siento inseguro. A final de cada turno sé que tengo que realizar una serie de movimientos y acciones antes de que se acabe el tiempo. Como te cambien un milímetro lo que estás acostumbrado a tocar sin mirar, se te trabe la alfombrilla o el ratón en un momento dado, se puede ir una partida", explica Akawonder.
El entrenador de Team Queso sostiene la misma tesis: "Estás acostumbrado a una reacción, a un espacio, ya ni miras, lo haces de forma automática. Si lo cambias y no estás a la altura, fallas y ya entras en un estado de nerviosismo, falta de control, de seguridad. Jugar con tus cosas te generan una confianza extra que si la pierdes entras en problemas. Tanto es así que los jugadores siempre se llevan su equipo a los torneos, para tratar de evitarlo".
De hecho, la relación de los jugadores con sus periféricos es tan profunda que, como los tenistas o los futbolistas, tienen dispositivos de recambio por si el principal falla. "El propio equipo está pendiente. A mi me ha pasado que he tenido que cambiar en torneos pero la marca siempre está ahí para darte lo que necesites", explica el jugador de ePunks.
Tras el juego, el reciclaje pasa por hacer crecer la industria
La dedicación durante tantos años a ser el mejor en tu especialidad conlleva un gran riesgo: si ese juego deja de tener interés entre espectadores y patrocinadores es complicado dar el salto a otra especialidad. Igual que si llegara el ocaso del tenis el jugador no se pasaría al pádel, tanto Akawonder como GranPkT no contemplan dar un hipotético salto a otro juego, y eso que el jugador de ePunks ya cambió de StarCraft a Heroes of the Storm, aunque él mismo bromea que eso se dio porque "no era tan bueno en Starcraft. Cambiar de ser élite de un juego a ser élite de otro es muy difícil, es un proceso complicadísimo. Estoy seguro de que si Akawonder y yo nos ponemos a jugar por ejemplo, al Counter [Strike], tendríamos algo más de nivel que la media de jugadores pero no llegaríamos a ser élite", apunta GranPkT.
Ante esta complicación, "los jugadores no suelen cambiar, suelen morir con las botas puestas. Es muy difícil, son demasiadas horas que se invierten de tu vida en ser el mejor en una disciplina", explica el miembro de Team Queso, que apunta a que el reciclaje en la mayoría de los casos pasa por hacer crecer la propia industria.
El sector está creciendo y poco a poco se va profesionalizando para tener una estructura mucho más sólida. Van apareciendo nuevas áreas, se van dando pasos para finalmente crear el ecosistema que hace falta para ser una industria completa. "Ahora mismo estamos hablando del boom de los esports pero hace cinco o seis años esto eran únicamente jugadores, no había ni entrenadores, ni directores deportivos, ni analistas de datos, nada. La gente se pagaba sus viajes y partidas. Todos compartimos una pasión: los videojuegos, la competición... lo llevamos dentro. Esa llama hace que te veas siempre dentro del sector. Ya sea ayudando gente a formarse, o a marcas, a clubes. Haciendo crecer al sector", explica Cuerda.
Precisamente, cimentar el crecimiento del sector de forma adecuada hará que cada vez más marcas puedan acercarse y se pueda consolidar como una industria más rentable y completa. "Si el sector es agradable, si el sector alcanza madurez y el sector es guay, las marcas van a venir", remarca Akawonder. Eso sí, SamCro apunta a que "el sector tiene que abrirse a través de marcas no endémicas. para llegar a un público mucho mayor y normalizarse. Estás abriendo este mundo a más gente, generas más marcas que se interesen, más dinero y más crece".