Construcción Inmobiliario

Sacyr financia su mayor proyecto en el mundo con aseguradoras y fondos

    <i>Foto: Archivo</i>

    Javier Mesones, Rubén Esteller

    Sacyr y su socio italiano Fininc han cerrado la financiación para terminar la construcción de la autopista Pedemontana-Veneta, la primera de pago por disponibilidad de Italia, tras completar el jueves una emisión de bonos por valor de 1.571 millones de euros. El consorcio, bautizado como SIS, que se adjudicó el contrato en el año 2009, da así un paso decisivo para desarrollar su mayor proyecto en el mundo, con una inversión global de 2.566 millones y una cartera de negocio de alrededor de 12.000 millones. Para ello, ha contado con el apoyo de 29 grandes aseguradoras y de siete fondos de infraestructuras internacionales, sin que, por tanto, hayan participado bancos, muy asfixiados por las exigencias de Basilea en proyectos con una duración tan larga -39 años de concesión-.

    La concesionaria prevé finalizar las obras, que en este momento tienen un avance del 35%, en septiembre de 2020 y terminar de pagar la deuda -los 1.571 millones- en 2047, once años antes del fin de la concesión, según explican fuentes de Sacyr. La Administración pagará a SIS por el mantenimiento y operación, haciéndose cargo así de los riesgos ligados al tráfico. El grupo espera una media inicial de 27.000 vehículos diarios que crecerá hasta los 60.000. Sacyr espera que el ebitda alcance el 90% de los ingresos, de forma que una mitad pagará la deuda y la otra se repartirá en dividendos que superarán los 2.600 millones para la española.

    La financiación se estructura en dos emisiones: una por 1.221 millones en bonos sénior con vencimiento en 2047 y un cupón del 5% semestral, cubierto por grandes grupos aseguradores; y otra de 350 millones de bonos subordinados con vencimiento en 2027 y un cupón del 8%, respaldada por fondos de infraestructuras.

    Esta deuda subordinada es una novedad en la financiación de infraestructuras y sirve de cobertura para la emisión sénior en caso de que el proyecto se frustre. Los fondos que la soportan podrán elegir amortizarla en 2020 o continuar hasta 2027, con un máximo de 230 millones. Esta cantidad sería entregada a SIS para compensar parte de los 430 millones de capital que tiene que inyectar en el proyecto -ya ha dispuesto 100 millones-. La financiación se completa con 915 millones de subvenciones públicas.