Capital Riesgo

El 'as en la manga' de Apollo como oferente inicial en la guerra por Applus+

  • Disfrutará de las prerrogativas que establece la ley de opas por su condición de "primer oferente" por el líder de las ITV españolas.
Joan Amigó, consejero delegado de Applus+

Rocío Casado

Las ofertas públicas de adquisición (opas) son operaciones muy complejas que no pueden improvisarse. Como en muchos otros grandes movimientos corporativos dentro y fuera de la bolsa española, lanzar la primera piedra siempre tiene sus ventajas. En la guerra de opas para hacerse con Applus+, el fondo estadounidense Apollo parece que irá a por todas. Además, disfrutará de las prerrogativas que establece la ley de opas (Real Decreto 1066/2007) gracias a su condición de "oferente inicial" por el líder de las ITV españolas.

En primer término, podrá mejorar su precio frente a las ofertas competidoras. Otro as en la manga que establece la normativa es que podrá pactar con la sociedad afectada un (break-up fee) y, por tanto, que ésta le pueda resarcir de los gastos de su oferta en caso de que, por haberse presentado opas rivales, la suya no prospere. El importe de dicha comisión no podrá ser superior al 1% del volumen total efectivo de su oferta, cifrada en 1.226 millones.

En la carrera de los grandes fondos por la compañía española de certificación e inspección ya existe una opa competidora: la formulada por el consorcio integrado por I Squared y TDR. Apax Partners, el tercero liza, sigue estudiando si moverá ficha. La batalla promete elevar su intensidad con un precio objetivo que el consenso de mercado de Bloomberg fija en 10,97 euros. El consejo de administración del grupo valoró ayer "positivamente" la contraopa pero la cotización no se movió, en los 10 euros (9,91 euros). La alianza rival de Apollo ofrece 9,75 euros, con una prima de un 2,5%, y abre la puerta a un contraataque.

Apollo podrá resarcirse los gastos de la oferta e incrementarla si queda menos de un 2% por debajo del rival

Ambos oferentes podrán modificar su precio hasta presentar su ofensiva final en el sistema de subasta en sobre cerrado. Veremos las eventuales mejoras, en función de cada estrategia. En cualquier caso, en la puja decisiva, Apollo, como primer oferente, tiene cierta ventaja. Tal y como establece la normativa, si su propuesta queda menos de un 2% por debajo de la del consorcio rival, tendrá la opción de incrementarla, siempre que supere en más de un 1% la de, en este caso, I Squared y TDR. Con el anterior régimen, el último oferente tenía más ventaja, ya que podía presentar la última opa una vez conocidos los precios de sus rivales.

Estos días, inevitablemente, nos viene a la memoria otra guerra de opas, la de Abertis, con sus tensiones y choques. Aquellos toques de atención entre reguladores que, afortunadamente, no llegaron a mayores. La puja entre Atlantia y la filial de ACS, Hochtief, fue la primera opa en España donde la autorización de la CNMV fue otorgada mediando un requerimiento del Gobierno (ministerios de Energía y Fomento), cuyo objeto era paralizar la autorización.

Entonces, en aquella mediática opa, la sorpresa llegó en fase de oferta competidora, cuando el oferente inicial y el segundo alcanzaron un acuerdo. El primero desistió para integrarse en una única propuesta junto al segundo y su matriz.