Invertir en finanzas verdes para salvar el planeta
- Ofrecido por Deutsche Bank
EcoBrands, Celia Moro Aguado
Madrid,
El cambio climático se ha convertido en una preocupación real para los ciudadanos después de comenzar a sufrir sus consecuencias: el aumento de los desastres naturales, temperaturas cada vez más extremas, pérdida de la biodiversidad, etc.
Es por eso, que ha aumentado la popularidad de productos como las finanzas verdes. Se trata de instrumentos financieros cuyas inversiones se destinan a proyectos de desarrollo sostenible, iniciativas ambientales y políticas tanto del sector público como del privado y sin fines de lucro, siempre que fomenten un modelo económico más sostenible.
Su importancia radica no solo en que la estimulación de este tipo de proyectos puede contribuir a mejorar el ecosistema y frenar los efectos del cambio climático, sino que también suponen un impulso para la economía. Según un estudio realizado por Scope Ratings sobre el impacto económico de los efectos ambientales, el Producto Interior Bruto (PIB) español descendió un 3,9% a causa de los eventos climáticos extremos. Por tanto, las iniciativas que ayuden a revertir estos procesos también mejoraran estas cifras, al mismo tiempo que contribuyen a la creación de empleos y a la movilización de la inversión.
Según Gina V Hall, Directora de Inversiones de la Consultora sobre medioambiente Carbon Trust y Directora Global de Finanzas Sostenibles, hay diversas ventajas de realizar este tipo de operaciones: "La primera ventaja es para el planeta en su conjunto. Los mercados financieros tienen un papel importante que desempeñar en la descarbonización de nuestro mundo a través de inversiones verdes. Tanto la COP como el IPCC han destacado esto como fundamentales para alcanzar los objetivos mundiales de cero emisiones. La segunda ventaja es que, a medida que las economías avanzan hacia modelos más sostenibles, el enfoque cambiará cada vez más hacia las finanzas verdes. El objetivo de las finanzas verdes es convertirse simplemente en finanzas porque todas se volverán verdes."
Asimismo, V Hall explica que: "los riesgos para los productos de finanzas verdes no son más o menos que para las oportunidades de inversión más convencionales" y añade "otro elemento importante es poder comprobar qué es, y qué no es, una opción 'verde'. Algunas opciones que se consideran 'verdes' podrían no ser tan sostenibles como se esperaba. Es por eso que es muy importante verificar los estándares y las evaluaciones de estos productos".
De acuerdo con la consultora, este tipo de inversiones son "un área creciente de las finanzas. En los últimos 2-3 años hemos visto una aceleración notable en la variedad y el volumen de productos ecológicos que ofrecen las instituciones financieras. Esto está siendo impulsado por el aumento de la demanda de los inversores institucionales y minoristas".
Por este motivo, la Comisión Europea ha desarrollado una nueva estrategia en materia de finanzas sostenibles para contribuir a alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Eugenia de la Rosa, Oficial de Prensa de la Comisión Europea, explica que el impulso a las finanzas sostenibles que proponen tiene dos vertientes: en primer lugar, han creado un marco jurídico para apoyar el flujo de financiación privada hacia actividades económicas sostenibles, para hacer posible la transición a una economía neutra en carbono para 2050.
Dentro de la regulación se ha realizado una clasificación común de las actividades económicas que contribuyen sustancialmente a los objetivos medioambientales, utilizando criterios basados en la ciencia; también se ofrece un régimen amplio de divulgación tanto para fines no financieros como para instituciones financieras, de forma que proporcionen a los inversores la información necesaria para elegir opciones de inversión sostenible (por ejemplo el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles, que se aplica desde marzo de 2021, y la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa propuesta por la Comisión en abril 2021); por último, la Comisión provee de herramientas a las empresas, inversores e intermediarios financieros para desarrollar soluciones de inversión sostenible, al tiempo que se previene el lavado de imagen de las compañías a través de ésta fórmula.
Además de este marco normativo, de la Rosa especifica que la Comisión también ofrece financiación para los proyectos verdes mediante los fondos Next Generation EU para financiar la recuperación por la pandemia, los cuales tienen como objetivo financiar la transición verde y digital.
Pero no solo la Unión Europea se ha involucrado en este tipo de inversiones, otras instituciones tanto públicas como privadas han seguido su ejemplo.
Es el caso de Deutsche Bank, que ha apostado por el compromiso con la sostenibilidad en todas sus vertientes y ha lanzado nuevos productos para cubrir necesidades de los clientes que también quieran invertir en productos verdes, además de ofrecer asesoramiento en inversión en criterios ESG.
Éstos corresponden a las siglas de Enviromental, Social y Governance y se refieren a aquellos factores respecto a los cuales se puede medir si una compañía es sostenible y si cuenta con un compromiso ambiental, social y de buen gobierno. Este criterio es importante para la reputación de dicha empresa así como a la hora de elegir invertir en ella y cada vez están ganando más importancia en las decisiones financieras. Según Inverco, del total de los activos en los que se invirtió hasta el cierre de 2021, un 20,3% fueron etiquetados como sostenibles, alcanzando una cifra de 64.429,8 millones de euros.
También, para cumplir con el objetivo de la Comisión Europea respecto a su Plan de acción de finanzas sostenibles que se puso en marcha en 2018, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFid II) planea introducir el próximo 2 de agosto la obligatoriedad para los asesores financieros de preguntar a los clientes por sus preferencias en materia de sostenibilidad, de manera que este factor se incluye dentro del perfil de riesgo del inversor y se les ofrecerán productos de acuerdo a ello.
Pero no solo los son importantes los factores medioambientales. En los criterios ESG, la "S" y la "G" han comenzado a ganar más peso. La taxonomía social está obteniendo popularidad e incluye los proyectos con objetivos sociales tales como el bienestar de los empleados o la capacitación de los grupos en riesgo de exclusión social; los mismo sucede con los factores de buen gobierno, los cuales se refieren a cuestiones como la diversidad de género, edad, raza, etc. en la dirección de las compañías, las remuneraciones y la ausencia de controversias respecto a la ética de la sociedad, entre otros.
Así, según las estimaciones de la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI, por sus siglas en inglés) los bonos verdes, sostenibles y sociales alcanzarán entre 1,9 billones y 2,2 billones de dólares en 2022 y seguirán creciendo de forma exponencial en el futuro.
Por su parte, Deutsche Bank planea generar 500.000 millones de euros en financiación e inversión sostenible acumulada para finales del año 2025, un objetivo marcado dentro de la estrategia de sostenibilidad de la entidad.
Por tanto, dentro de esta responsabilidad y compromiso, buscan trabajar día a día para sus clientes y como muestra de ello destacan la calificación ESG otorgada a clientes que por su actividad y perfil han acreditado que más del 90% de sus ingresos provienen de actividades totalmente sostenibles, y la creación de nuevos productos de financiación como el Préstamo Coche huella 0 DB para coches eléctricos e híbridos con emisiones inferiores a 50 gr/km para impulsar y acelerar el cambio hacia una conducción más sostenible y responsable, el Préstamo Reformas DB para mejorar la eficiencia energética del hogar o la hipoteca Sostenible DB variable o fija dirigida, para aquellas adquisiciones de vivienda residencial que tengan el Certificado de Eficiencia Energética con una calificación de emisiones A o B y Avanza Credit, un área de negocio enfocada a la financiación de proyectos de eficiencia energética y rehabilitación de comunidades de propietarios en España.
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