Banca y finanzas

La banca corta el grifo del crédito al consumo


    Fernando Tadeo

    La banca ha cortado el grifo del crédito al consumo. Tras varios meses de ralentización en el volumen de la concesión, el importe de nuevas operaciones bajó en abril en términos interanuales. La caída es la primera que se produce en dos ejercicios y cuarta desde finales de 2013, pero en esta ocasión el descenso se produce en un contexto de desaceleración profunda. La disminución es de casi un 1%, al haberse otorgado préstamos por valor de 2.841 millones de euros.

    Los expertos achacan a varios motivos esta bajada. En primer lugar, el efecto estacional, ya que en 2019 la Semana Santa ha tenido lugar en abril, lo que la reducido los días hábiles. En segundo lugar, las presiones que está ejerciendo el Banco de España para que este tipo de créditos se otorgue con mayor cuidado y a clientes únicamente solvente, ante la subida que está experimentando la morosidad en determinados nichos de actividad.

    En tercer lugar, a la menor demanda por parte de los consumidores por la situación económica y la incertidumbre política. En cuarto lugar, al desplome en la comercialización de automóviles, un segmento crucial para los préstamos al consumo. Y en quinto lugar, a la conveniencia de la banca de restringir las operaciones ante el elevado consumo de capital que tienen a pesar de que los intereses que cobran son más elevados que en las concesiones para vivienda o a las pymes.

    El director de la consultora Accuracy, Alberto Valle, hace hincapié en este último motivo. Destaca que el crédito al consumo cuesta mucho a la banca tradicional y, por ello, está enfocando ahora su ofensiva al mundo hipotecario, que en el corto y medio plazo vincula más a los clientes y puede llegar a ser más rentable.

    Hueco para los especialistas

    Este experto sostiene que las entidades están dejando un hueco más grande en este segmento de actividad a las firmas especialistas, tales como Cofidis o Cetelem, que son las que están tirando del carro del negocio.

    Hasta finales del año pasado, la banca apostaba fuertemente por los préstamos al consumo, debido a la rentabilidad que ofrecía y la falta de demanda suficiente en otros nichos. De hecho, desde finales de 2013 la práctica totalidad del sistema financiero ha incrementado sustancialmente los saldos de la inversión y han ido creando filiales específicas. Por tanto, lo que ocurre en la actualidad es una cambio en la tendencia y en la estrategia de las entidades.

    Desde el colectivo de los establecimientos financieros se apunta a que la caída en los importes de concesión podría ser puntual y descartan que en el conjunto de 2019 se vaya a producir una bajada, pero reconocen que la actividad se ha frenado sustancialmente.

    Desaceleración de la economía

    Los datos del Banco de España indican que en los cuatro primeros meses del presente ejercicio los volúmenes han subido apenas un 6,5%, casi cuatro veces menos que en el mismo periodo de 2018 y muy por debajo de los ritmos que venía experimentando.

    En los últimos cuatro meses del año pasado el crecimiento de la concesión avanzó un 39%, hasta los 14.918 millones; entre mayo y agosto, el alza fue del 20%, hasta 11.935 millones; mientras que entre enero y abril de 2019, el dinero otorgado a los hogares para adquisición de coches, electrodomésticos u otros bienes de consumo se limita a 11.411 millones.

    La guerra emprendida por los bancos y por los especialistas ha llevado a que los tipos de interés en estos créditos se hayan reducido, aunque todavía se sitúan entre los más elevados de Europa, al estar por encima del 7% sin tener en cuenta las comisiones.

    En abril, según los datos del regulador, incluyendo las tarifas de apertura o mantenimiento de la concesión, las tasas que aplicaba el sector financiero en los préstamos al consumo alcanzaban el 8,38%, un punto más que hace cuatro años.

    El efecto de la Semana Santa, al igual que en consumo, afectó también a la actividad hipotecaria. Ésta cayó un 0,3%, pero con la diferencia de que ha dejado atrás la tendencia de ralentización experimentada entre noviembre y febrero por la incertidumbre, debido a los cambios regulatorios, ya que en los dos últimos meses la concesión ha registrado una ligera subida. En abril el saldo otorgado por las entidades de nuestro país para adquisición de pisos se situó en 3.850 millones.