Banca y finanzas
Órdago de Saracho al frente de Banco Popular: macroampliación o se vende la entidad
- El nuevo presidente tampoco descarta una integración con otro banco
- Las acciones reaccionan con fuertes caídas que han llegado a alcanzar el 10%
elEconomista.es
El presidente de Banco Popular, Emilio Saracho, ha reconocido abiertamente en su primera junta de accionistas al frente de la entidad las dificultades que atraviesa el banco y ha apelado a los accionistas a respaldar una macroampliación de capital para sentar "las bases del futuro" o abre la puerta a la venta de entidad.
Todavía no se ha cumplido un año de la ampliación de capital de 2.500 millones de Banco Popular, y su nuevo presidente, Emilio Saracho, ha apelado de nuevo a los accionistas para relanzar una nueva macroampliación de capital que solucione las dificultades inmediatas del banco. Una idea que coincide con la de la Moody's. La agencia cree que tendrá que ampliar capital para cumplir con el BCE.
Con la rectificación de las cuentas de 2016 en las que el banco asume nuevas pérdidas, Saracho ha planteado de nuevo recurrir al mercado, sin señalar plazos ni cuantía, pero dando a entender que superará los 2.500 millones. Lo hace abriendo un frente judicial contra los accionistas, ya que tanto el anuncio de la semana pasada, como la aprobación de otra ampliación, supone enmendar la gestión y el balance de los últimos años de la entidad.
"Banco Popular no va desaparecer, está asegurada su continuidad por su solvencia y capacidad generar rentabilidad, pero no tenemos mucho tiempo y requiere que actuemos ya", ha expresado Saracho, sin ofrecer plazos. El banquero ha señalado la necesidad de antes de apelar al mercado de recuperar la confianza del mercado, "con una gestión transparente y prudente". Los accionistas de Popular aprueban las cuentas de 2016 con un respaldo de al menos el 93,59%.
La cuantía de la ampliación la ha vinculado al resultado de la venta de activos. Se espera que se materialice desinversiones en filiales y negocios. Uno de los activos que más interés inversor ha despertado es TotalBank, la subsidiaria de Estados Unidos y es probable su salida de Bx+, el banco mexicano que lidera el accionista del Popular, Antonio del Valle, donde controla el 25% del capital. Portugal también está en venta, sin bien hace pocas semanas se reestructuró para dejar de ser una filial e integrar su negocio en la matriz.
Otros patrimonios potencialmente enajenables son Targobank, entidad que comparte con Credit Mutuel, también accionista y consejero del Popular, una vez que el banco asumió un saneamiento de 240 millones en pérdidas y fondo de comercio en 2016.
La división de seguros, que comparte con su socio Allianz, la banca privada, cuya desinversión se abortó el año pasado, y WiZink, joint venture de tarjetas de crédito con Värde Partners, son otras actividades de las que se puede desprender.
Cuarta ampliación
Sería ya la cuarta desde el inicio de la crisis por valor de 5.450 millones (una primera en noviembre de 2012 de 2.500 millones, otra de 450 millones, cerrada al minorista, y la última de junio). Saracho ha apuntado que la continuidad de Popular "es difícil hacerlo sin recurrir al mercado", ya que "estamos abocados a aumentar capital para poder continuar".
Sobre los plazos, uno de los puntos sometidos a la aprobación es la capacidad del Consejo de Administración para que pueda aumentar el capital social dentro del plazo máximo de tres años, en una o varias veces y hasta un máximo del 50% del capital social, con la facultad de excluir el derecho de suscripción preferente hasta un límite del 20% del capital social. A los actuales niveles de cotización, la apelación al mercado apenas captaría 1.000 millones de euros.
La alternativa que ha ofrecido Saracho a una ampliación de capital es la venta de la entidad, "siempre que se reconozca el valor intrínseco de Popular y genere valor al accionista; pero no vamos a gestionar en base a una integración". Algo que no ha gustado a los minoritarios: "Tenemos los consejeros que más cobran cuando el banco va a la deriva".
Esta opción pasa por vender por separado todos los negocios del banco, en el que las pymes es la parte más codiciada, o retomar los contactos para impulsar una fusión por absorción. "La independencia es un valor pero si no conseguimos cumplir con los futuros requisitos de capital deberemos decidir", ha insistido en las respuestas.
El máximo responsable ha reconocido que el Banco Popular soporta "una presión significativa por precio de la cotización por el rating, por las posiciones cortas, rating y valoraciones de analistas".
"Si aceptamos nuestras dificultades, volvemos a nuestras raíces y hacemos lo que mejor sabemos hacer, todos saldremos beneficiados", dijo el presidente del banco, que añadió que "cualquier opción es mejor que acabar como otros bancos sistémicos" que ni se han liquidado ni se han capitalizado.