Banca y finanzas

Caixabank prepara una oferta por la división española de Barclays

    Juan María Nin, consejero delegado de Caixabank. <i>Imagen: Archivo</i>


    Juan María Nin, consejero delegado de Caixabank, ha asegurado hoy en una entrevista con The Wall Street Journal que la entidad está considerando lanzar una oferta por la división española de Barclays.

    "Tenemos mucho interés", ha recalcado Nin, quien reconoció que ya han hablado con la entidad inglesa, pero que todavía no ha empezado a analizar con detalle los balances de Barclays España.

    Barclays España, que tiene un valor de mercado de unos 2.200 millones de euros, ayudaría a mejorar la cuota de mercado de Caixabank, especialmente en Madrid.

    El pasado 8 de mayo, el banco británico Barclays anunció  la supresión de 14.000 empleos este año en todo el mundo, como parte de un nuevo plan estratégico que incluye la drástica reducción y eventual supresión de su banca minorista en Europa, incluida España.

    Una portavoz de Barclays informó entonces de que todas las operaciones minoristas en España forman parte de las calificadas "no prioritarias" para el futuro del banco y que serán "vendidas o reducidas", sin dar más detalles.

    En la entrevista con el Wall Street Journal, Nin también confirma su interés por la compra de Catalunya Banc. De hecho, tanto BBVA como CaixaBank y Santander han reconocido públicamente su interés por la entidad, pero el cántabro parte como favorito.

    Por su parte, Barclays quiere cerrar su venta con el mayor valor posible en España. La filial del grupo británico ha lanzado una ofensiva para captar y retener clientes y que éstos tengan contratados otros productos. En pleno proceso de desinversión, la entidad propone a sus mejores clientes a través de su productos estrella distintas ventajas para acceder al crédito y conseguir una rentabilidad más elevada por su dinero.

    La salida de Barclays de España después de casi 40 años de trayectoria dejará la práctica totalidad del negocio minorista nacional en manos de la banca española y demuestra una vez más el difícil encaje de las entidades extranjeras en la banca de particulares de nuestro país.