Banca y finanzas

Santander refuerza su apuesta digital: el 80% de sus clientes migrará a Gravity este año

  • La cuota de usuarios en la plataforma nativa en la nube del banco alcanzaba el 30% a finales de 2024
La presidenta del Santander, Ana Botín, y el consejero delegado, Héctor Grisi

Matteo Allievi
Madrid,

La estrategia puesta en marcha hace más de dos años por Banco Santander para convertirse en un banco más simple e integrado cuenta con Gravity como valioso aliado. El software desarrollado por la propia entidad para migrar a la nube la infraestructura tecnológica del banco, es decir, donde se procesan las principales transacciones financieras -como transferencias de dinero, depósitos y préstamos- es uno de los principales vectores de la digitalización del grupo. El Santander pisará el acelerador en su proceso de transformación a lo largo de los próximos meses, de manera que el 80% de sus clientes estarán en Gravity antes de fin de año, una cuota que a finales de 2024 alcanzaba un 30%.

Con el plan One Transformation, el banco ha reorganizado su actividad en cinco líneas de negocio, con el propósito de crear un modelo operativo común para sus 175 millones de clientes y aprovechar así de su escala global para optimizar costes.

Desde finales de 2022, la simplificación y la automatización de procesos contribuyó en mejorar la eficiencia en 253 puntos básicos y el consejero delegado de la entidad, Héctor Grisi, aseveró en la presentación de resultados del primer trimestre que a medio plazo su estrategia tanto en ingresos como en costes "aún puede mejorar". En el cociente entre costes e ingresos, Santander ya está por delante del objetivo previsto para finales de este año: su ratio de eficiencia entre enero y marzo bajó hasta un 41,8% frente a un 42% fijado en su último Investor Day en 2023.

El grupo presidido por Ana Botín busca integrar sus líneas de negocio en plataformas globales. En el primer trimestre, completó la implementación de Gravity en Chile, lo que duplicó el rendimiento de los canales digitales, anotó Santander. El beneficio atribuido en el país se elevó en un 104% frente a hace un año, hasta 185 millones de euros.

En el segmento de consumo, el banco digital del grupo, Openbank, debutó en México y abrió una sucursal en Alemania para impulsar el crecimiento, tras lanzar una oferta de crédito que complete a la gama de productos que tenía previamente y permitir a sus clientes operar con un IBAN local.

Paralelamente, está consolidando las alianzas con sus socios, al extender, por ejemplo, a Austria su acuerdo en consumo con Amazon, que cerró en el país germano el pasado verano. En el negocio de pagos, la plataforma global de emisión de tarjetas, Plard, se está desplegando a mayor velocidad, sobre todo en América Latina. "En Brasil, gestionamos actualmente más de 16 millones de tarjetas de débito a través de Plard. En Chile, empezamos a emitir tarjetas de débito para nuevos clientes. Y en México, ya autorizamos más de 160 millones de transacciones al mes", detalló Grisi.

El consejero delegado señaló en la conferencia con analistas que el banco probablemente se encuentra en "los dos años más difíciles de la transformación", dado que las antiguas plataformas siguen funcionando a la vez que las nuevas se están implementando, lo que "no ayuda mucho a reducir los costes".

Tras aumentar sus gastos un 2% en el conjunto del grupo en 2024, Santander prevé reducir los costes en términos absolutos este año, recogiendo en parte los frutos de su proceso de reorganización. El reemplazo de tecnologías antiguas por plataformas tecnológicas globales compartidas, como la misma Gravity, ha permitido al banco conseguir ahorros acumulados de cerca de 500 millones de euros desde diciembre de 2022.

Simplificación de productos en banca 'retail'

En su ruta hacia la simplificación, Santander está apostando por reducir su oferta en el segmento 'retail'. La entidad ha pasado de contar con 10.100 productos al cierre de 2022 a algo menos de 5.000 a finales de marzo, lo que supone un descenso del 51%. El banco se está enfocando en segmentos concretos, como las tarjetas, los préstamos hipotecarios y las cuentas, apoyándose en los modelos más simples e integrados.