Banca y finanzas

Santander sube un 22% sus provisiones en el negocio europeo de consumo por la debilidad macro

  • La entidad compensa el aumento continental por la caída en Estados Unidos, con mejores tasas de pago

Matteo Allievi
Madrid,

La fragilidad de la economía europea pasa factura al negocio de financiación al consumo del Santander en el Viejo Continente. Tras un 2024 en las arenas movedizas, los organismos internacionales dudan de que Europa despegue sus alas este año, debido a una demanda aún débil y a la incertidumbre alrededor de la política comercial, con los aranceles anunciados por Donald Trump de momento suspendidos. Ante la poca visibilidad, el banco cántabro apostó por cubrirse las espaldas y entre enero y marzo elevó en un 22% las dotaciones por insolvencias en el segmento de Digital Consumer Bank Europe frente al año pasado.

El aumento en provisiones se debió principalmente al comportamiento del entorno macro y al empeoramiento de la calidad del crédito en las empresas, en particular en Alemania, aunque el consejero delegado de la entidad, Héctor Grisi, descartó cualquier temor al respecto. "Los deterioros fueron mayores por un mix de factores, entre ellos Alemania, pero no nos preocupa la calidad crediticia de nuestra cartera", apuntó en la conferencia con analistas para presentar los resultados del primer trimestre.

Entre las líneas de negocios del gigante presidido por Ana Botín, la financiación al consumo en Europa no fue precisamente la que más brilló en los primeros meses del año. Su beneficio atribuido descendió un 15,5% hasta 193 millones de euros frente al mismo período de 2024.

Eso sí, los ingresos estuvieron prácticamente planos, ya que el buen desempeño del margen de intereses —subió un 1,6%— compensó la caída de casi un 15% en comisiones, impactadas por la nueva regulación de seguros en Alemania y unos menores volúmenes de nueva producción. "El impacto es un one-off (algo puntual). Fue un reajuste en las comisiones", dijo el director financiero del Santander, José García Cantera.

Parálisis en Alemania

Desde la pandemia, Alemania, históricamente la locomotora europea, vive sumida en una parálisis económica por el adiós al gas barato —Rusia interrumpió el flujo de gas natural tras la invasión de Ucrania— y la feroz competencia por parte de China. El país cerró 2024 encadenando el segundo año de recesión y su Producto Interior Bruto creció apenas un 0,2% en el primer trimestre frente al anterior. El Fondo Monetario Internacional estima que el país germano se quedará estancado este año, con una previsión de nulo crecimiento.

El incremento de provisiones en el negocio europeo de consumo fue compensado por una caída del 14% en Estados Unidos por el buen comportamiento de las tasas de pago de los clientes, una mejora de los precios de los vehículos usados y un descenso del desempleo. La actividad comercial al otro lado del charco fue impulsada por una aceleración en Openbank, la plataforma de banca digital, que superó las expectativas en el primer trimestre, con la captación de más de 90.000 nuevos clientes y de alrededor de 3.500 millones de dólares en depósitos desde su lanzamiento en el cuarto trimestre de 2024.

El Santander está impulsando su estrategia de transformación hacia un banco más simple e integrado para sacar el máximo provecho de su tamaño global y destinar el capital en los mercados que considera más rentables.

Objetivos sin cambios

A pesar de reconocer su potencial en Europa, la prioridad de la entidad cántabra en este momento es centrar sus esfuerzos en el crecimiento en Estados Unidos, como demostró la venta a Erste del 49% de su participación de la filial polaca, anunciada a principios de este mes. "Somos un banco mayoritariamente americano más que europeo, aunque tengamos nuestra sede en Europa", dijo la presidenta Ana Botín en marzo.

Las dotaciones por insolvencias ascendieron a 3.161 millones de euros en el conjunto del grupo, lo que supone un aumento interanual de apenas un 1%, a pesar del riesgo geopolítico y de las inquietudes en temas de política comercial. En euros constantes, las provisiones crecieron un 7%, principalmente debido al aumento en el negocio de pagos —ante cambios regulatorios en Brasil— y en el Centro Corporativo.

La entidad sigue monitorizando los acontecimientos con respecto a los aranceles recíprocos entre Estados Unidos y el resto de países. Sin embargo, de momento mantiene sin cambios sus objetivos para 2025, ya que la diversificación del grupo "actúa como estabilizador en un entorno global incierto", apostilló Botín en la última junta de accionistas.

Entre sus metas financieras, Santander espera mantener un coste del riesgo —un indicador adelantado de los potenciales deterioros— en torno al 1,15%, en línea con el 1,14% registrado entre enero y marzo. En el negocio de consumo, esta métrica supera con creces la media del grupo, al situarse en un 2,14%. Con todo, se mantuvo prácticamente sin cambios frente al año anterior.