CaixaBank duplica la dotación de su fondo de deuda y extiende el plazo de inversión a 2027
- Contará con 1.000 millones y otorgará financiación entre 5 y 50 millones a firmas rentables
Eva Contreras, Cristian Reche
Madrid,
CaixaBank quiere potenciar su rol en financiación alternativa dentro del nuevo plan estratégico. La entidad irrumpió con su Fondo Added Value en 2022, dotado de 500 millones de euros y con un horizonte de inversión de tres años; y antes de agotar el calendario ha decidido duplicar el presupuesto, hasta los 1.000 millones, y darle una vuelta de tuerca para ampliar el espectro de compañías que pueden financiarse con cargo al vehículo, que presta dinero más caro respecto a la financiación alternativa.
Desde su lanzamiento en octubre de 2022, el fondo ha inyectado algo más de 300 millones de euros en un total de 14 operaciones. Su foco desde que empezó a rodar son empresas rentables, con un resultado bruto de explotación (ebitda) situado entre los 8 y 10 millones anuales en los últimos tres años. Las compañías podrán acceder a tickets de entre 5 y 50 millones, con un plazo máximo de devolución de hasta siete años y sin cuotas de amortización.
El producto permite la devolución de la deuda a vencimiento con financiación bullet (con una única cuota al vencimiento del crédito), en línea con otros vehículos similares del mercado. Pero CaixaBank ofrece, singularmente, también la opción de amortizar voluntariamente deuda en el momento que el cliente considere conveniente, algo diferencial e inexistente hasta el lanzamiento de su fondo en el mercado.
En origen, la intención era apoyar con financiación proyectos corporativos de expansión, aquellos otros crecimientos inorgánicos e, incluso, reorganizaciones accionariales en las empresas con criterios sostenibles (ESG). Ahora amplía el espectro y también permitirá financiar empresas participadas por fondos de capital privado -el banco es además uno de los más activos en España en lo que se refiere a las compras apalancadas por parte del private equity-, la compra de compañías por parte de socios financieros y con la capacidad añadida de llegar a grupos con niveles de apalancamiento superiores a los actuales, explican en la entidad. El vehículo, que debía culminar su inversión a lo largo del actual ejercicio, amplía su horizonte temporal hasta 2027 tras duplicar el presupuesto disponible.
Inversión hasta 2027
El foco de CaixaBank excluye compañías emergentes que no estén en rentabilidad, como son las startups, que necesitan continuamente de rondas de ampliación de capital para expandirse. La entidad financiera tampoco abordará transacciones distressed donde la empresa en dificultades o en crisis buscan liquidez para resolver los problemas con la venta de la firma o de alguna de sus unidades productivas o ramas de negocio, y que son foco de muchos operadores de direct lending.
El vehículo está disponible en la división CaixaBank Empresas liderada por Marc Benhamou y cuyo desarrollo quiere impulsar bajo la nueva hoja de ruta. La unidad de banca de empresas cuenta con una red de 216 centros en todas las comunidades autónomas, y un equipo de más de 2.200 profesionales. Entre ellos figuran especialistas en financiación, comercio exterior, tesorería, turismo, negocio inmobiliario y pymes, que ofrecen un servicio personalizado más allá de lo financiero para apoyar e impulsar al sector empresarial. CaixaBank cuenta con el 23,3% de cuota de mercado en el crédito a empresas y el 24,9% en factoring y confirming.
Con su plan estratégico 2025-2027 el banco ambiciona crecer más del 5% anual en financiación a empresas, por encima del 2% previsto en hipotecas y cerca del 6% objetivo en crédito al consumo. En su anterior hoja de ruta 2022-2024 se fijó el reto de hacerlo al 1,5% anual y alcanzó el 4%. Con el lanzamiento del Fondo Added Value, CaixaBank entró en un campo donde los fondos de direct lending se han hecho fuertes desde la crisis de 2008, y que todavía hoy cuenta con escasa presencia de la banca tradicional por el gravoso coste en términos de capital regulatorio que les compromete la financiación alternativa.
Precisamente, los requerimientos de solvencia regulatoria que llevan asociadas algunas operaciones han abierto una ventana de oportunidad a los fondos de direct lending para completar necesidades de financiación de las compañías en algunas operaciones. La apuesta de los bancos en fondos de deuda buscaría completar su financiación crediticia, en muchos casos, de manera interna.
A finales del pasado año, la entidad puso en marcha un segundo fondo de venture debt con un presupuesto inicial de 150 millones especializado esta vez en empresas tecnológicas y destinado a financiar el crecimiento scaleups y startups consolidadas de base tecnológica en España y Portugal.
Este vehículo, íntegramente dotado también con cargo al balance del banco, tiene un periodo de inversión de cuatro años, con un plazo adicional de cinco para la recuperación de las inversiones. En su caso, las operaciones se estructurarán como préstamos, ya sean bilaterales o sindicados, con un plazo máximo de devolución de 48 meses y hasta 18 meses de carencia. Aquí el banco prevé la opción de participar en las compañías convirtiendo parte de la deuda en capital.
Banco Santander y BBVA se suman al 'direct lending'
El resto de bancos también han explorado la financiación alternativa, un nicho en el que el tipo de interés al que se presta es más alto que, por ejemplo, el de los bonos con grado de inversión y los high yield. Un caso claro ha sido Banco Santander, que se ha abierto un hueco con vehículos como Tresmares, gestora sobre la que ha tomado recientemente la mayoría del capital y ha trazado un nuevo plan de negocio. También ha irrumpido en el tablero BBVA, que lo ha hecho desde su área de asset management.