Banca y finanzas

Xabier Sagredo, presidente de BBK: "Nos rebelamos para mantener el control de Kutxabank"

Xabier Sagredo, presidente de BBK. JON BERNÁRDEZ

Maite Martínez
Bilbao,

El presidente de BBK, Xabier Sagredo, ha asegurado que pese al vértigo que generaba el contexto entonces, "nos rebelamos frente al destino y tomamos la decisión de mantener el control de Kutxabank, mantener nuestro 57%". Hoy, en la celebración del décimo aniversario de la fundación bancaria se constata que esa opción fue acertada, ya que el banco no habría sobrevivido con su tamaño "en un sector dominado por operaciones corporativas".

BBK conmemora el décimo aniversario de su constitución como fundación bancaria con un programa que tiene como eje 10 eventos o actividades especiales, incluidos tres conciertos extraordinarios y el lanzamiento de un documental, dentro de una campaña que se extenderá a lo largo de 2025, en la que se repasará "su trayectoria e impacto en el desarrollo y cohesión" de la sociedad vizcaína a través de sus iniciativas sociales, culturales y económicas.

Para dar inicio a los actos conmemorativos del décimo aniversario, ha organizado en la sala BBK de Bilbao un encuentro que ha incluido la proyección del documental y una mesa redonda con agentes de la sociedad vizcaína que han contado con el respaldo de BBK en sus respectivas actividades en estos años.

El acto han asistido el presidente de BBK, Xabier Sagredo; el director general de BBK, Gorka Martínez, la directora de Obra Social de BBK, Nora Sarasola y el presidente de Kutxabank, Antón Arriola. Tanto Sagredo como Sarasola han repasado el impacto de BBK durante una década de actuación, desde la inversión con principios, para favorecer el desarrollo económico y el bienestar de Bizkaia, a su "papel fundamental" en "la transformación y desarrollo del territorio".

Xabier Sagredo ha explicado que BBK sustenta su actividad en tres ramas esenciales: Negocio bancario, como accionista mayoritario (57%) de Kutxabank; Inversión, con su apoyo a proyectos empresariales con impacto en Bizkaia y Euskadi y, en tercer lugar, con su Obra social, la mayor del Estado por habitante y la segunda por tamaño y que ha calificado como "el corazón de BBK". En este sentido, Sagredo ha subrayado que, desde su constitución, la fundación vizcaína ha destinado casi 8.000 millones de euros a obra social durante la última década.

Estos 10 años han sido, según el presidente de BBK, un "camino que no ha sido fácil", en los que la fundación ha pasado "de ser una entidad financiera tradicional, la extinta caja de ahorros, a convertirse en verdadero motor de cambio económico y social".

El camino más complicado

Sagredo ha recordado que BBK optó por el camino más complicado, como fue "plantear una estrategia a largo plazo" que suponía dotar de "más arraigo y estabilidad a la obra social, nuestra razón de ser". "Gracias a esta decisión", ha proseguido, "BBK es hoy un agente económico, financiero y social de relevancia".

También ha dicho que uno de los cambios "más significativos" ha sido su forma de entender la empresa en estos años ya que, pese al vértigo que generaba el contexto entonces, "tomamos la decisión de mantener el control de Kutxabank, mantener nuestro 57%, que ha posibilitado que la primera empresa de servicios de Euskadi siga aquí", ha celebrado.

En este sentido, ha señalado que cuando se habla tanto de la importancia del arraigo, "esta decisión fue una clara muestra de nuestra visión y vocación en este sentido". Ha proseguido que la entidad reforzó esta apuesta con la creación de un fondo de estabilización para desarrollar inversiones con impacto que permitieran, por un lado, "diversificar, algo que exige el regulador, y, por otro, crear una cartera de inversiones que blindara a futuro la obra social, dotándola de robustez y carácter sostenible".

Hace una década, ha continuado, "parecía que estábamos abocados a la desaparición" o se presumía que, tras la transformación en fundación bancaria, "íbamos a dedicarnos exclusivamente a proyectos de una obra social menguante" y que el banco no iba a sobrevivir en un sector dominado por operaciones corporativas, o el cuestionamiento continuo sobre su tamaño o los modelos de gobernanza, "nada más lejos de la realidad y sin ánimo de resultar presuntuosos".