Banca y finanzas

La decadencia de Muface: de once compañías adheridas pasará a apenas dos en 20 años

Sede de Muface. eE

Aitor Caballero Cortés

Los rumores de la posible desaparición de Muface han estado sonando durante los últimos cinco meses, pero de momento el concierto sanitario de los funcionarios sobrevivirá, al menos, hasta finales de 2027. Los anuncios de SegurCaixa Adeslas y de Asisa confirmando su continuidad vinieron como agua de mayo al Gobierno, que ha tenido que recurrir hasta a tres intentonas para que las aseguradoras se adhieran a un concierto que lleva muchos años en la cuerda floja.

Con el paso de los años, Muface ha ido perdiendo adeptos por el camino. De once aseguradoras que cubrían la sanidad de los funcionarios allá por el concierto de 2003-2005, tan solo dos parece que seguirán ante el "no" de Mapfre y Axa y el silencio de DKV, que parece ir por el mismo camino. Desde entonces, son varias las entidades que bien han sido absorbidas por otras más grandes, pero muchas otras siguen operando en el ramo de salud, pero fuera de las redes de Muface.

El caso más llamativo es el de Sanitas. La aseguradora, propiedad del grupo Bupa, es en España la segunda más importante en cuanto a volumen de negocio, con ingresos por primas superiores a los 2.000 millones de euros y una cuota de mercado del 16,72%. A finales de 2011, la compañía decidió presentarse a la licitación para 2012 tras veinte años de ausencia en Muface. En su momento, este contrato estaba destinado a durar cuatro años, con dos de ellos de contrato y otros dos de prórroga con un incremento en las primas por cada ejercicio.

Pero la crisis económica provocó que el concierto solo durara hasta 2013 y que se congelaran las tarifas para los siguientes dos años. Esto hizo que Sanitas saliera de nuevo del modelo, debido a que con su reciente reincorporación, su cartera de asegurados no era significativa como para compensar con volumen –52.000 asegurados de los 1,2 millones–.

Las otras grandes compañías que históricamente formaban parte de Muface eran Mapfre y Caser. Ambas se salieron en 2009 acusando, igualmente, la falta de financiación durante años. Sin embargo, la compañía de Antonio Huertas sonó para una posible vuelta, pero finalmente la aseguradora lo rechazó por "no encajar en la estrategia de este ramo". En ese concierto de 2010 fue también el punto de inflexión para otros grupos como Aegon, que sigue en activo y a día de hoy es la undécima aseguradora de salud con unas primas emitidas por valor de 163 millones.

Concentración del sector

Aparte de las insuficientes condiciones económicas para las aseguradoras, la concentración en el sector también ha tenido que ver en la reducción de opciones para los funcionarios.

Esto supuso el final para otras como Nueva Equitativa, que fue absorbida por entonces por la aseguradora de Sabadell o Groupama, adquirida por Plus Ulta Seguros –ahora Occident–. De igual forma pasó a estar integrada en Grupo Catalana Occidente La Equitativa de Madrid previa fusión con Seguros Cataluña, marca que también compone Occident. Las aseguradoras regionales, como la de las Islas Canarias o la de Extremadura, que fueron absorbidas por Mapfre y Adeslas respectivamente.

La última compañía que se mantuvo en Muface y que también finalizó su actividad como independiente fue el Igualatorio de Cantabria, que fue comprada por Axa en 2021 casi 50 millones de euros.

Una elección más reducida

Como consecuencia de que pertenecer a la mutualidad ha ido de la mano de pérdidas –hasta 429 millones reportan Adeslas, Asisa y DKV en el último concierto–, sumado a la concentración en el sector, ha hecho que los mutualistas cada vez tengan menos capacidad de elección.

Esto, según las fuentes del mercado, no solo puede conllevar una saturación del servicio –menos compañías para una cartera similar–, sino que la propia Muface pierde la esencia por la que nació: dar a elegir a los mutualistas quién es el más adecuado para cubrir su salud.

Los expertos recalcan que de ahí también el motivo de buscar una segunda aseguradora cuando Asisa fue la única que manifestó su intención de acudir al concierto, además de los posibles problemas operativos y económicos que pudieran suponer para la compañía que preside Francisco Ivorra.