Banca y finanzas

Los auditores de la banca ponen foco en los riesgos de corrección de mercados y la ESG

  • Se desvanece el riesgo asociado al Covid, en fondos de comercio y por inmuebles adjudicados
     

Eva Contreras

El riesgo de pérdida de valor en los activos por una abrupta corrección de los mercados y el asociado a factores ESG se cuela en el foco de los auditores de la banca junto al escrutinio habitual de riesgos crediticios o en provisiones para contingencias. La razón es, de un lado, que las altas valoraciones de los activos financieros se exponen a ajustes en el actual contexto de incertidumbres macrofinancieras y geopolíticas como lo evidenció el desplome de la bolsa de Japón en agosto pasado, el mayor desde 1987, al revalorizarse de forma acelerada el yen frente a los cambios en la política monetaria.

Otro foco de vulnerabilidad y sobre el que ya ha avisado el Banco de España son las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) como ha puesto de relieve la reciente sacudida de los mercados ante el éxito de la china DeepSeek, con un castigo bursátil inusitado sobre su rival estadounidense Nvidia.

La sostenibilidad emerge también como un riesgo en el que poner el foco auditor en la medida que la banca es el eslabón clave para contribuir a la descarbonización de la economía canalizando la financiación a proyectos verdes, y en esta misión y, por losriesgos que entrañan los activos "marrones", encara un abanico creciente de requerimientos normativos también a vigilar.

Ambos campos de escrutinio, la valoración de los activos financieros y la sostenibilidad, se han ido colando en las "cuestiones clave" de los informes de auditoria en los últimos años, aunque sin convertirse aún en prioritarios. Las cuestiones claves o Key Audit Matter (KAM, por sus siglas en inglés) son aquellas que adquieren importancia durante el trabajo de auditoría, requiriendo una atención notoria del profesional por su complejidad, la alta carga de juicio profesional exigida o porque obliga a un trabajo intenso con la cúpula de la compañía. Si se despeja, figurará como cuestión clave en el informe y si el profesional no resuelve de manera satisfactoria, lo recogerá como salvedad.

El número de cuestiones claves en la banca española se redujo de 36 a 38 entre 2022 y 2023, últimas cuentas auditadas, al desaparecer o diluirse los riesgos observados en fondos de comercio por la mejora de la capacidad de generar beneficios en el actual contexto de tipos de interés, la desaparición del riesgo de hiperinflación en un país y también sobre la valoración de activos inmobiliarios procedentes de adjudicaciones.

Son algunas de las conclusiones, del informe "Cuestiones clave de auditoría en la banca española" en 2023 elaborado por KPMG. El estudio está elaborado sobre los informes de los 10 mayores grupos bancarios españoles sujetos a la supervisión bancaria del Banco Central Europeo (BCE) y los coteja con las auditorías de 24 grupos bancarios de la eurozona pertenecientes a 8 países diferentes.

Los autores explican que la evolución de la economía, la aparición y desaparición de riesgos e incertidumbres influye en cómo se va adaptando la información que las entidades presentan en sus cuentas anuales y, en consecuencia, en la evolución de las cuestiones clave de auditoría en los informes de auditoría.

En 2023, el sector bancario se benefició de los vientos de cola de la subida de tipos de interés, sin que aflorase la temida morosidad y desapareció cualquier mención al Covid-19. Aún así, los informes de las entidades recogieron de media 3,6 cuestiones claves, por encima de los 2,29 riesgos que recogen las auditorias del conjunto de las cotizadas, aún cuando su incidencia se ha ido reduciendo en los últimos años y no presentaron ninguna salvedad. En 2022 alcanzó 3,8 cuestiones claves y en 2021, 4,1.

La situación en el sector español se asemeja a la de los bancos homólogos europeos, que en 2023 recogieron 3,63 cuestiones claves en sus informes. Por temática, el estudio constata un "gran alineamiento" entre las cuestiones clave de auditoría identificadas para las diferentes entidades españolas, "destacando el riesgo de crédito y tecnología de la información", por recogerse en todos informes de cuentas.

Sin embargo solo algunos bancos recogieron así otros riesgos como la recuperabilidad de los activos por impuestos diferidos y provisiones, contingencias y litigios, aún siendo aspecto igualmente sectoriales. Solo un informe reflejó procedimientos sobre el posible impacto del riesgo climático en el riesgo de crédito.

Y en la comparativa con el sector en la eurozona coinciden en poner foco en el riesgo de crédito, pero no en el resto. De hecho, en Europa es más frecuente precisamente la valoración de los instrumentos financieros, que lo recogen la mayoría de entidades en Alemania, Francia e Italia.

"Las entidades financieras son esenciales para impulsar la recuperación económica. Por eso es preciso generar confianza a los grupos de interés, que reclaman un plus de claridad, transparencia y consistencia entre la información financiera y la de sostenibilidad que se está incorporando a los informes con la nueva regulación", señala Luis Martín Riaño, socio de Auditoría del sector financiero y responsable de Práctica Profesional de KPMG en España.

"En un entorno en el que persisten factores de incertidumbre, la labor de evaluación, análisis y revisión que realizan los auditores sobre las estimaciones, juicios y proyecciones que incorporan las entidades financieras en sus informes es clave para contribuir a generar confianza entre los accionistas e inversores", agrega.