Banca y finanzas

El BCE pide a los bancos que midan el impacto que tendrá el corte del gas

  • Las entidades deben tener planes de contingencia por si toca reforzar provisiones

Eva Contreras

La banca estresará sus balances bajo el peor escenario energético para comprobar su resiliencia. El Banco Central Europeo (BCE) ha pedido a las entidades que identifiquen potenciales vulnerabilidades ante la eventualidad de que Rusia corte el suministro de gas y elaboren planes de contingencia por si su ocurrencia exige reforzar las huchas de provisiones o, incluso, variar los planes estratégicos, según indican fuentes financieras.

La banca española tiene una exposición directa a Rusia, Ucrania y Bielorrusia mínima (apenas 700 millones conforme a los análisis de la Autoridad Bancaria Europea, EBA), pero la evolución del conflicto y sus implicaciones en las diferentes industrias mantiene en alerta al supervisor y entidades desde hace meses. Su primera demanda a las entidades, tras cuantificar la exposición directa, fue analizar y monitorizar las carteras de crédito e inversión vinculadas con las materias primas y la energía, al ser las compañías y sectores con más probabilidades de sufrir el shock geopolítico, para anticipar provisiones.

Pero la gran preocupación para el supervisor son los deterioros provocados por los temidos efectos de segunda ronda o derivados del freno en el PIB y la incesante escalada de la inflación, de ahí que haya pedido meter en la ecuación una potencial interrupción del suministro por parte de Moscú.

Aunque la Unión Europea ha puesto en marcha la estrategia para ir reduciendo la dependencia del gas ruso, con medidas para limitar el consumo y almacenar provisiones de cara al invierno, el BCE ya demandó a los bancos extremar las cautelas a la hora de elaborar sus estrategias de pago de dividendos.

El organismo liderado por Christine Lagarde asume que un cierre del grifo por parte del Kremlin podría arrastrar a la economía europea a una recesión con el consiguiente riesgo para familias y empresas a la hora de atender el pago de sus deudas aunque ha descartado en numerosas ocasiones reeditar la prohibición de los pagos de dividendos a accionistas que adoptó de manera generalizada durante la pandemia del Covid-19.

Sobre esta misma inquietud redundaría la instrucción actual de diseñar planes de crisis por si la situación obliga a virar o ajustar estrategias.

El sector cuenta todavía con reservas por las provisiones acumuladas hace un par de años para encarar el revés provocado por el Covid-19 y que no llegó a traducirse en impagos. Una recesión provocada por la crisis energética no solo es susceptible de disparar esa morosidad hoy acotada en tasas de poco más del 4%, sino que podría conllevar tensiones en ámbitos como la liquidez y las carteras de deuda en balance de las entidades.

Analiza el efecto del alza de tipos

El BCE escruta el efecto que la subida de tipos que está acometiendo tiene en los balances de la banca. Si bien, el alza del precio del dinero mejorará sus márgenes e ingresos, también puede desatar problemas.

Por eso, ha decidido analizar sus tenencias de derivados sobre tipos o productos ligados a la inflación; la traslación o no de la subida al precio de los créditos y remuneración de los depósitos; si las entidades cuentan o no con coberturas frente los mayores costes para financiarse, los potenciales deterioros por los efectos de segunda ronda y sobre sus exposiciones –crédito, inversiones...–. Tendrá el estudio a finales de año y podría influir en los requerimientos de capital.