Banca y finanzas

Oliu dejará las funciones ejecutivas en Sabadell con la llegada de González-Bueno

  • El aún presidente de Sabadell lo habría comunicado hace más de un año
  • Cederá sus funciones al nuevo consejero delegado tras el primer trimestre de 2021
Foto: EFE.

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El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, dejará sus funciones ejecutivas con la incorporación de César González-Bueno como nuevo consejero delegado en sustitución de Jaume Guardiola, que se jubila tras trece años como primer ejecutivo de la entidad.

Los cambios en el cuadro de mando del Sabadell se producen unas semanas después de que fracasaran las negociaciones de fusión con el BBVA debido a desacuerdos económicos y de que el banco de origen catalán decidiera seguir adelante en solitario.

Fuentes conocedoras de estos cambios han señalado que Oliu, de 71 años, hace más de un año que anunció su intención de dejar las funciones ejecutivas siguiendo las recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE), un paso que finalmente dará con la llegada de González-Bueno a la entidad.

El banco celebrará este jueves su consejo de administración, en el que está previsto que se apruebe el relevo de Jaume Guardiola, que se jubila a los 63 años tras trece años haciendo tándem con Oliu al frente del grupo de origen vallesano. El nuevo consejero delegado del Sabadell será César González-Bueno, antiguo responsable de ING en España y Portugal y actual consejero de la división británica del Sabadell, TSB.

Está previsto que Guardiola siga como primer ejecutivo del grupo hasta el primer trimestre de 2021, cuando el BCE dé el visto bueno al relevo. Será entonces cuando Oliu dará un paso atrás y cederá las funciones ejecutivas a González-Bueno, que asumirá las riendas del banco en un momento complicado para la banca, marcado por los bajos tipos de interés y por la crisis de la covid-19, que hará aumentar la morosidad en 2021.

En este contexto, el Banco Sabadell se plantea seguir adelante en solitario y se propone desarrollar un nuevo plan de negocio que priorizará el mercado doméstico, con lo que podría estudiar vender TSB, su filial británica, que le ha dado más de un quebradero de cabeza estos años, como su adaptación tecnológica, e incluso desprenderse de su negocio en México.