Situación de corto plazo:
Recaída inmediata en los índices norteamericanos, que ni siquiera pudieron beneficiarse al cierre del alza del yen contra las principales divisas, pues hubo sensibles pérdidas de nuevo, manifestándose así su mayor debilidad relativa en relación con Europa. No hubo continuidad por tanto en la vuelta alcista sobre la directriz de medio plazo en el Dow Jones Industrial, ni continuidad a las velas blancas de la víspera en índice alguno. Al contrario, el Nasdaq abrió con gran hueco en plena resistencia (el gap bajista del pasado viernes) y dejó otro chorreón de color negro sobre el gráfico, bajando con intensidad tras haber abierto con mucha fuerza, cerrando en los mínimos del día y dejando una sensación de continuidad en las ventas pese al escaso volumen de la sesión.
El comportamiento descrito no es alcista; como tampoco lo es el sentimiento tal y como ayer lo expresaba el ratio bull/bear de Investors Intelligence. Aunque el pesimismo se incrementó otro poco, está muy lejos aún de las zonas que han ofrecido suelo en los últimos años. Los rebotes en este entorno no son creíbles. El oscilador debe sobrevenderse antes de que los precios consigan establecer un suelo sostenible, de modo que, dado su aspecto, es razonable pensar que el S&P 500 tiende hacia los mínimos del ejercicio, donde se jugará de nuevo una gran partida.
Situación tendencial:
En reacción bajista nuevamente, lo que confirma un lateral de corto/medio plazo aunque la tendencia de medio y largo plazo mantiene la calificación de alcista (toda vez que los máximos y mínimos relativos tanto en base diario, como semanal o mensual siguen siendo ascendentes). Mientras se mantengan los mínimos de marzo del S&P 500, que se mostraron en verano como la zona clave a la hora de dar credibilidad definitiva al a una situación bajista en tendencia, la tendencia de fondo es alcista aunque aún no pueda hablarse se subida libre.