La corrección iniciada el lunes en Nueva York se agravó ayer en medio de un empeoramiento del escenario que evidencia que las subidas previas eran exageradas en vista de los riesgos que se cernían sobre el mercado. El petróleo continuó su espiral alcista tras romper máximos históricos, y ayer se sumaron las advertencias de los políticos sobre la crisis inmobiliaria y el temor a una temporada de resultados peor de lo esperado.
Así, el Dow Jones recortó otro 0,51% (y llegó a bajar bastante más), y el S&P 500 perdió el 0,66%. El Nasdaq cedió el 0,58% a la espera de que publicaran resultados dos de sus pesos pesados, Intel y Yahoo, tras el cierre. Si a esta debilidad inesperada se suma hoy un mal dato de IPC de septiembre en EEUU -que no sería raro después de la desastrosa cifra de la zona euro conocida ayer-, la corrección puede tomar tintes preocupantes.
El crudo llegó a alcanzar los 88,2 dólares en Nueva York y cerró en 87,61. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, reiteró la advertencia que lanzó Bernanke el lunes sobre que la crisis inmobiliaria supone la mayor amenaza para la economía. La producción industrial cumplió las expectativas de crecer levemente, pero los flujos de capital hacia EEUU cayeron drásticamente en agosto.
En el capítulo empresarial, varios bancos regionales anunciaron fuertes impactos de la crisis de crédito en sus resultados trimestrales, y advirtieron de que el problema continuará en el cuarto trimestre. La nota positiva vino de Bear Stearns, que subió el 2% por el interés del chino Citic. En la tecnología, Yahoo cayó el 4,2% e Intel, el 1%, antes de dar sus cuentas y después de un 'profit warning' de Ericsson que le valió un batacazo del 23%.
En otros mercados, el dólar recuperó ligeramente, con lo que el euro retrocedió hasta 1,4167 dólares. Los bonos volvieron a subir en precio, con lo que su rentabilidad recortó nuevamente, hasta el 4,66%.