Dos de los múltiples obstáculos que enfrentaba la continuidad alcista esta semana hicieron su aparición ayer mismo, sin necesidad de esperar al temible dato de IPC del miércoles. Hablamos de los resultados de la gran banca, concretamente de Citigroup, y del petróleo, que rompió claramente sus máximos y se fue hasta 86 dólares.
El resultado fue una dura corrección de los principales índices. En especial del Dow Jones, que se dejó el 0,77% y perdió los 14.000 puntos (cerró en 1.984,8). Y pudo ser peor, porque llegó a perder más del 15 en algunos momentos. El S&P 500 recortó el 0,84% y el Nasdaq volvió a ser el más castigado, con una caída del 0,91%. Los 3.000 puntos tendrán que seguir esperando, terminó en 2.780).
La tendencia sigue siendo alcista, por supuesto, pero los niveles de optimismo y de sobrecompra alcanzados la semana pasada hacían necesaria al menos una corrección. Claro que, si las noticias siguen saliendo malas, los descensos podrían acentuarse.
Citigroup no sólo presentó una fuerte caída de su beneficio -esperada por el mercado después de que cuantificara hace unos días el impacto de la crisis ‘subprime’-, sino que advirtió de que la cosa no va a mejorar en el cuarto trimestre porque no esperan una recuperación de la actividad en los mercados de renta fija y crédito. Una previsión que llega en el peor momento, justo cuando el mercado estaba convencido de que lo peor había pasado y de que los mercados estaban recuperando el pulso. El banco cayó el 3,41% en bolsa y arrastró al conjunto del sector.
La otra bofetada para Wall Street vino de un petróleo desbocado. Después de romper sus máximos históricos la semana pasada (y de entrar en subida libre, en consecuencia), su precio se disparó hasta superar los 86 dólares. Para que luego digan que esto de las resistencias no es importante. Aunque hasta ahora la subida del crudo no ha tenido demasiado impacto ni en la economía ni en Wall Street (es un signo de fortaleza económica), todo tiene un límite (la energía puede reducir el consumo y disparar la inflación). Y tal vez lo hayamos alcanzado.
La única buena noticia vino del índice industrial de Nueva York, que subió más de lo esperado. En otros mercados, el dólar recayó frente al euro, que alcanzó 1,4210 dólares. Los bonos subieron ligeramente, lo que hizo caer su rentabilidad al 4,67%.