Segunda vela blanca en una jornada de negocio elevado pero lejos del registrado en el desplome de nuestro mercado, con patrones intradiarios más bien correctivos y un cierre de locura forzado y maquillado en el último suspiro por el mercado neoyorquino.
Técnicamente la jornada sigue respondiendo a un típico rebote por sobreventa en el que al cierre no se produce superación de la parte alta de las velas previas, lo que las mantiene como patrones simplemente consolidativos pese al abultado castigo previo.