Cómo son las lunas de miel de los más ricos del mundo

Con el verano se abre la veda de la temporada de bodas, lo que significa, también, la de las lunas de miel. Planificar este viaje postnupcial puede ser tan difícil y estresante como organizar el gran día y, si no, que se lo cuenten a las empresas que organizan las estancias de los más adinerados.

El equipo de Ovation Vacations, una consultora de viajes de placer para personas con un patrimonio extremadamente elevado, sabe bien los entresijos de esta tendencia. El equipo está formado por 30 agentes de la compañía, y planifica más de 200 lunas de miel al año a un promedio de 50.000 dólares por viaje (42.970 euros), lo que se traduce en un millón de reservas en lunas de miel cada mes.

El presidente de Ovation, Jack Ezon, maneja innumerables solicitudes de sus clientes que van de lo práctico a lo más absurdo. Tal y como cuenta un reportero de Bloomberg que recibió un curso intensivo de la consultoría y trabajó como un agente más, las personas más ricas del mundo tienen gustos extraños y extravagantes. El informador, al final de su segundo día, había arreglado una reserva de cena muy difícil de conseguir para una pareja en Sukiyabashi Jiro (de la famosa Jiro Dreams of Sushi), reservó una reunión privada con el Papa (para un hombre judío, nada más y nada menos), y ayudó a organizar un vuelo charter transatlántico para un pájaro del jeque.

Después de que el reportero firmara un acuerdo de no divulgación, su primer rito de iniciación con Ovation fue viajar trasportando carne -literalmente-. Los clientes de la agencia incluyen muchos viajeros kosher y halal (junto con muchos otros consumidores exigentes), y una de las solicitudes más comunes es tener cortes específicos de carne de vacuno enviados desde una carnicería de cualquier parte del mundo hasta la otra punta del globo que solicite el cliente. Entre otras cosas curiosas, el reportero fue testigo de la solicitud de un cliente que pedía que su pasta estuviera hervida al dente con una cantidad exacta de minutos, pero la más sorprendente de las peticiones fue cuando una clienta que estaba en Islandia quería desayunar cada día fruta de dragón recién recogida para hacerse su 'batido rosa', lo que supuso un trámite duro para la empresa de Ezon ya que la autoridad de Islandia tiene estrictas regulaciones sobre la importación de productos exóticos.

Los famosos no son los únicos

En el negocio de las lunas de miel para millonarios se vislumbra que no solo las celebrities son adeptas a las excentricidades. Existen casos -y no extremos- de clientes que piden capas específicas de papel higiénico, personas que reclaman métodos especiales para hacer la cama -dos capas de arriba, con el edredón cubriendo solo la mitad inferior del colchón-, un recién casado que visitaba las Seychelles que solo bebía agua de Fiyi -y trasladaban una caja para el mismo fin todas las noches- y hasta un marido que mandó una lista mecanografiada de 16 tipos de condones que quería tener en su minibar.

Para un viaje de cinco noches, una destacada actriz de televisión pagó 40,000 dólares para que el lavabo de granito de su baño del hotel se levantara 7 pulgadas más alto, todo para que no tuviera que inclinarse cuando se lavaba la cara. De manera similar, otro cliente gastó 80,000 dólares para tener un yate de 210 pies completamente alfombrado, por lo que su nueva esposa podría usar sus tacones de aguja a bordo en lugar de tener que ir descalza.

Una playa a medida

¿Por qué no personalizar una playa al gusto del consumidor? Eso es lo que hizo el equipo de Ezon cuando el sueño de una pareja en el Caribe, en una villa presidencial con una pequeña playa privada, casi fue destruido por una tormenta que arrasó permanentemente el paseo marítimo. La solución del equipo de planificación fue contratar una caravana de camiones de volcado para mover arena desde otra parte de la isla al módico precio de 50.000 dólares.

"Haremos cualquier cosa por nuestros clientes mientras sea legal en el país que visitan", señala Ezon, quien ha recibido solo una solicitud de prostituta en sus 18 años de planificación de luna de miel. Ha habido pedidos de cocaína e incluso de blanqueo de dinero, pero la mayoría de las demandas que sobrepasan los límites tienden a girar en torno a experiencias exclusivas. Como los más destacados, Ezon organizó una noche en Versalles para recién casados que querían dormir en la cama del rey Luis XIV. En otra ocasión, organizó una reunión y saludo con Vladimir Putin (no se involucró a Trump) o un acuerdo con el Papa para cumplir uno de los deseos de los recién casados.

El equipo de Ezon está siempre preparado para cumplir los sueños de los clientes. Por ello, dos consultores están disponibles para cada viaje para garantizar que los viajeros reciban una respuesta casi instantánea ante cualquier emergencia sobre el terreno, un servicio que usa aproximadamente el 80 por ciento de los viajeros de Ovation.

Los ricos también se divorcian

¿Recuerdan cuando Britney Spears se casó y se divorció de Jason Alexander en 55 horas? Algunos de los clientes de Ezon han quebrado sus matrimonios aún más rápido. Apenas 36 horas de su luna de miel en Maldivas, una de las parejas de Ezon decidió cancelarla, resulta que no había cortado algunos hábitos ilícitos, tal como lo había prometido. La novia fue enviada en un jiff y el novio solicitó una "compañía" profesional. El acompañamiento es estrictamente ilegal en la nación isleña, por lo que Ovation lo puso en un vuelo de cuatro horas a Bangkok y lo organizó con una "guía de vida nocturna".

El mínimo que una pareja puede pagar para dejar su luna de miel en manos de Ovation son 20.000 dólares. En promedio, los clientes gastan 1.950 dólares por noche en su alojamiento, y los viajes duran 2,78 semanas.

Con todo esto, entre los viajes más caros que el equipo ha planeado recientemente destacan una aventura de un mes en yates privados a través de África y las Maldivas para una mujer y su esposo multimillonario, por un total de más de 1,850,000 de dólares; un recorrido de 45 días por Oceanía, el sudeste de Asia y el Mediterráneo para miembros de una familia real con un precio de 1,625,900 de dólares; y 10 días en Cerdeña, donde el alojamiento solo cuesta 250,000 de dólares.