Unos limpiadores encuentran un tesoro de 600.000 euros escondido en paquetes de pañales durante una mudanza: no recibirán recompensa

No todos los tesoros están enterrados en islas desiertas en mitad del océano. A veces, aparecen en los lugares menos probables y son encontrados por personas que ni siquiera los estaban buscando. Pero cuando eso ocurre, surge la duda de quién se debe quedar el dinero de la recompensa. Por un lado, quienes lo descubren dirán que les pertenece, pero por otro lado es muy probable que aparezca su legítimo dueño para reclamar lo que es suyo.

Eso es precisamente lo que ha ocurrido en la región de Baviera, Alemania. Según cuenta Bild, una empresa de limpieza y vaciado de casas fue contratada por un hombre que se quería mudar a Colonia. A priori, un trabajo más por el que la compañía iba a recibir algo menos de 3.000 euros. Sin embargo, los empleados encontraron un verdadero tesoro escondido en el lugar menos sospechoso.

600.000 euros en paquetes de pañales

Mientras vaciaban la casa, los limpiadores encontraron 557.000 euros escondidos en paquetes de pañales y otros 66.500 euros en una maleta del sótano. Además, se toparon con joyas y monedas por valor de 32.000 euros, lo que hace una suma total de 655.500. Al contrario de lo que muchas personas harían, los trabajadores fueron sinceros, ya que avisaron del descubrimiento y se aseguraron de que el tesoro se guardase en un lugar seguro.

El propietario les dio 2.000 euros como compensación, pero la empresa quería una recompensa oficial mucho más alta. Se acogían en una cláusula del contrato según el cual los objetos de valor debían ser retirados por el cliente con antelación o de lo contrario pasarían a ser propiedad de la empresa de mudanzas.

Esto dijo la justicia

Además, en Alemania hay una ley llamada "finderlohn" según la cual una persona que encuentra y devuelve un objeto perdido tiene derecho a una recompensa legal. A pesar de esta norma y de las reclamaciones de la empresa, la justicia dio la razón al propietario porque no se trataba de un tesoro encontrado por casualidad, sino que sucedió durante un trabajo por encargo en una propiedad privada.

Es decir, quienes encontraron el dinero eran una representación legal del propietario de la casa, que tenía todo el derecho a quedarse con su dinero. Por esta razón y por considerar que no era un objeto perdido sino escondido, el tribunal dictaminó que la empresa de limpieza no tenía derecho al dinero en efectivo ni tampoco a recibir una recompensa legal.

De esta forma, los trabajadores se tuvieron que conformar con llevarse menos de un 0,4% de todo el dinero que habían encontrado. Además, hay que recordar que los 2.000 euros recibidos fueron pagados por el propietario, que decidió recompensarlos a pesar de no estar obligado.