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La peligrosa enfermedad que afecta a muchos perros y gatos: los veterinarios alertan de sus síntomas y tratamiento

La enfermedad silenciosa que afecta a muchos perros y gatos. / Foto: Canva.

elEconomista.es

Aunque parezca que todo va bien, a veces nuestras mascotas pueden presentar síntomas muy sutiles de que algo les ocurre, y es muy importante conocerlos, ya que es su forma de comunicarse con nosotros y que sepamos que necesitan ayuda. Existe una enfermedad muy compleja para nuestras mascotas y que requiere de medicación y especial atención: la diabetes.

Aunque solemos pensar que la diabetes es algo propio de los humanos, la realidad es que nuestros perros y gatos también pueden sufrir la enfermedad, y si no se conocen los síntomas y se trata a tiempo, las consecuencias pueden ser fatales.

Al igual que en las personas, estos animales presentan problemas con la glucosa, ya sea porque su páncreas no produce insulina o porque el cuerpo no la usa correctamente. Así pues, los dueños debemos de actuar como su propio páncreas, administrándoles la insulina y controlando sus niveles de glucosa.

Síntomas

Para identificar que nuestra mascota está comenzando a padecer diabetes, debemos estar muy atentos a los detalles y rutinas. Un consumo excesivo de agua y un aumento elevado de las ganas de orinar deberían despertar todas nuestras alarmas.

Tanto el consumo de agua como la orina son maneras naturales de eliminar el exceso de glucosa del cuerpo, asociado a la ausencia de insulina o a la incapacidad de su cuerpo de procesarla.

Así pues, otros síntomas relevantes son un aumento de hambre a la par de una bajada importante de peso (ya que el cuerpo no está asimilando correctamente la glucosa), así como fatiga, mareos o vómitos, entre otros.

Tratamiento

El tratamiento deberá estar prescrito por un veterinario, ya que cada animal requiere dosis de medicamento y cantidades de comida diferentes, sin embargo, hay elementos comunes que nos ayudarán a hacernos una idea de cómo será la nueva rutina.

La mascota requiere que su dueño compruebe con frecuencia sus niveles de glucosa en sangre. Para ello se pueden usar glucómetros o sensores, con los que al instante se obtiene un valor muy exacto.

Después, con las comidas (o cuando el veterinario considere), los dueños deberán aplicar inyecciones de insulina, para que su cuerpo pueda asimilar la glucosa. Asimismo, el ejercicio moderado es esencial para los animales que sufren la enfermedad.