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El sencillo truco para quitar la grasa de la campana con dos ingredientes comunes y económicos

Campana extractora sucia | Firma: iStock

elEconomista.es

La campana extractora es un electrodoméstico fundamental en cualquier cocina, encargada de absorber humos, olores y, inevitablemente, la grasa que se genera al cocinar. Con el tiempo, esta grasa se acumula, formando una capa pegajosa y antiestética que puede ser difícil de eliminar. Sin embargo, existe un truco sorprendentemente sencillo y efectivo que te permitirá deshacerte de esta suciedad y mantener tu campana impecable sin necesidad de recurrir a productos químicos agresivos.

La clave de este método reside en dos ingredientes comunes y económicos: agua caliente y bicarbonato de sodio. La combinación de la temperatura del agua y las propiedades ligeramente abrasivas y desengrasantes del bicarbonato crea una solución poderosa contra la grasa incrustada.

El proceso es simple y no requiere de mucho esfuerzo. Primero, asegúrate de que la campana esté apagada y fría. Retira los filtros metálicos, ya que son los que suelen acumular la mayor cantidad de grasa. Para el exterior de la campana, en un recipiente grande, mezcla agua muy caliente con dos o tres cucharadas de bicarbonato de sodio. Remueve hasta que el bicarbonato se disuelva por completo.

Con un paño suave o una esponja no abrasiva humedecida en esta solución, frota suavemente la superficie exterior de la campana. La grasa debería comenzar a ablandarse y desprenderse con facilidad. Para las zonas más difíciles, puedes dejar actuar la solución durante unos minutos antes de volver a frotar. A continuación, pasa un paño limpio y húmedo solo con agua para eliminar cualquier residuo de bicarbonato. Finalmente, seca la superficie con un paño limpio y seco para evitar marcas de agua.

Para los filtros metálicos, el proceso es ligeramente diferente pero igualmente sencillo. Llena el fregadero con agua muy caliente y añade una buena cantidad de bicarbonato de sodio (aproximadamente media taza, dependiendo del tamaño del fregadero). Sumerge los filtros en esta solución y déjalos en remojo durante al menos 30 minutos. La grasa comenzará a desprenderse por sí sola. Si aún quedan restos, puedes frotarlos suavemente con un cepillo de cerdas suaves o una esponja. Enjuaga los filtros con agua caliente y sécalos completamente antes de volver a colocarlos en la campana.

Este truco, además de ser económico y utilizar ingredientes naturales, es menos agresivo para las superficies de tu campana que muchos limpiadores químicos comerciales, lo que ayuda a prolongar su vida útil y mantener su aspecto. La frecuencia con la que necesites realizar esta limpieza dependerá de cuánto cocines y de la cantidad de grasa que se genere, pero incorporarlo a tu rutina de limpieza de la cocina de forma regular te asegurará una campana siempre impecable y un ambiente más limpio y saludable en tu hogar.