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Una ministra de Nueva Gales del Sur pidió a su chófer conducir más de 400 kilómetros para un almuerzo privado y lo registra como viaje de negocios

Un político se baja de un coche oficial mientras el conductor sujeta la puerta abierta

Víctor Ruiz

Esta semana la polémica está en la ministra de Transportes de Nueva Gales del Sur, Jo Haylen, quien el pasado domingo admitió que hizo uso del coche oficial, así como su chófer, para un viaje de carácter privado. El motivo: ir a un almuerzo junto a varios amigos a más de 400 kilómetros de Sidney. Un viaje que costó a las arcas públicas cerca de 750 dólares.

La normativa de Nueva Gales del Sur indica que los vehículos asignados a los ministros pueden emplearse para hacer desplazamientos privados, aunque la situación con Jo Haylen es algo distinta. La ministra registró el trayecto como viaje de trabajo, pese a que este coincidía con el puente festivo del Día de Australia.

La oposición no ha tardado en arremeter contra ella para exigir la destitución de Haylen, o que al menos el Primer Ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, la aparte de su cargo público.

"Tomé una mala decisión", declaró Haylen el domingo. Así mismo, de este viaje de 13 horas aseguró que iba a devolver todo lo que había costado al contribuyente. La ministra también quiso añadir que, tras una reflexión, tendría que haber ido al viaje con otro medio: "Si lo analizo con perspectiva, debería haber cogido un Uber".

La escapada de la ministra

A las 8 de la mañana del 25 de enero, el coche oficial partió desde Sídney con destino a la residencia de Haylen, ubicada en la playa de Caves, aproximadamente a 100 kilómetros al norte. La ministra, acompañada por cinco personas, entre ellas su colega de gobierno Rose Jackson, emprendió el viaje hacia la región vinícola de Pokolbin, donde se encuentra el restaurante de la bodega Brokenwood Wines. Después del almuerzo, todo el grupo regresó a su punto de partida.

Cuando este suceso salió a la luz las críticas no han dejado de sacudir a la ministra. Sin embargo, ha rechazado las peticiones de dimitir asegurando que no incumplió ninguna norma, pero podría haberlo gestionado mejor. "Sí, el almuerzo duró bastante, comimos y bebimos… pero el problema no es ese, sino cómo llegamos y nos fuimos de allí. Lo gestioné mal". "Asumo mi responsabilidad y creo que la gente entiende que a veces se cometen errores. Yo he cometido uno, por eso me disculpo y devuelvo el dinero. Nadie es perfecto", apunta ante todas las críticas que todavía recibe.

El Primer Ministro se ha visto obligado a tomar medidas ante lo que para él ha sido un uso del coche "claramente inaceptable" y ha anunciado que se comenzará un proceso para revisar esta norma con tal de que no se repitan situaciones parecidas. "No está bien utilizar los chóferes de esta manera".