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La Audiencia Nacional condena a Rubiales a pagar 10.800 euros a Jenni Hermoso por el beso no consentido y le absuelve del delito de coacciones

  • Es el equivalente a 18 meses de multa para el expresidente de la RFEF
  • El juez considera que no están probadas las coacciones a la futbolista
  • Absueltos Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera, acusados de coacciones

Sergio de la Cruz

La Audiencia Nacional ha condenado a Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, a pagar una multa de 10.800 euros a Jennifer Hermoso por el beso no consentido en la entrega de medallas del Mundial femenino de 2023, aunque le ha absuelto del delito de coacciones.

La cantidad impuesta por José Manuel Fernández-Prieto equivale a 18 meses de multa (a razón de 20 euros por día) y viene acompañada de la prohibición, durante un año, de estar a menos de 200 metros de Jennifer Hermoso, así como de establecer cualquier comunicación con ella.

En el auto, el magistrado ha admitido la agresión sexual y, a la vez, absuelve a Rubiales del delito de coacciones al no considerar probadas las presiones para que la jugadora restase importancia al beso no consentido. La Fiscalía pedía 2 años y seis meses para el exdirigente de la federación.

En paralelo, el juez absuelve al resto de encausados: el exdirector de la Selección española Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera. Para todos ellos la Fiscalía pedía una pena de un año y seis meses por un delito de coacciones.

Una agresión consumada

El Poder Judicial ha publicado un comunicado en su página web en el que indica que el juez ha considerado probado el delito de agresión sexual al "realizar de forma sorpresiva un acto que atenta contra la libertad sexual de otra persona sin consentimiento de la agredida".

El juez Fernández Prieto añade que la acción "de dar un beso en la boca a la mujer tiene una clara connotación sexual, y no es la forma normal de saludar a las personas con quienes no se mantiene una relación de afectividad", y valida el testimonio de Hermoso, atribuyéndole "plena credibilidad".

Con todo, explica el juez, la agresión sexual se encuadra dentro de la menor intensidad "al no mediar violencia ni intimidación ni tener la víctima anulada su voluntad". El magistrado entiende que "siendo siempre reprochable", el beso no consentido "tiene la intensidad que tiene y carece de virtualidad para anular la alegría en la mujer del éxito que acaba de conseguir y que quiere y desea celebrar a toda costa con todas sus compañeras".

Las coacciones no se pueden probar

En lo que respecta al delito de coacciones, el juez deja claro que no se considera probado porque no concurren los actos de violencia o intimidación, que son los que "sustentan" el tipo penal de las coacciones.

Así, el juez sentencia que tras el análisis de los hechos sucedidos en Sídney, en el avión de vuelta a España, en las celebraciones del título y en las vacaciones en Ibiza "no ha quedado probado que los acusados ejercieran ningún acto de violencia ni de intimidación sobre la jugadora".

Rubiales recurrirá; la Fiscalía podría hacerlo

La defensa de Rubiales ha anticipado que recurrirá la sentencia contra el expresidente de la RFEF ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. De acuerdo con fuentes de la citada defensa referidas por Europa Press, la idea de Rubiales es "seguir peleando".

Por su parte, la Fiscalía ha visto cómo sus peticiones de condena se han reducido considerablemente al rechazar el juez las acusaciones del delito de coacciones a Hermoso, que durante el juicio aseguró que diferentes miembros de la delegación de la RFEF intentaron que se posicionase de forma pública para restar importancia al beso.

Fuentes del Ministerio Público consultadas por Europa Press han asegurado que se plantearán la posibilidad de recurrir la sentencia hasta que la misma sea estudiada en su totalidad.

Una de las vistas más mediáticas de la AN

Tal y como recuerda la agencia de noticias, la vista oral arrancó el pasado 3 de febrero y se prolongó a lo largo de nueve sesiones en las que declararon, entre otros, el propio Rubiales y Hermoso, que centraron sus alegatos en si hubo o no consentimiento en el beso, propinado durante la entrega de medallas tras la victoria en el Mundial femenino de fútbol de Sídney en 2023.

En el juicio, uno de los más mediáticos en la historia de la Audiencia Nacional (más de un centenar de medios se han acreditado y la presencia de la prensa ha sido abundante), el magistrado escuchó cómo los acusados se desmarcaron de las presuntas coacciones a Hermoso y su entorno.

Rubiales y su abogada sostuvieron que sí hubo consentimiento, que Hermoso accedió a recibir "un besito" de su entonces presidente, y que el hecho de que pudiera "no haberle gustado" no obsta a que accediera a ello.

El abogado de Hermoso, por su parte, pidió una sentencia condenatoria para Rubiales dejando claro que la jugadora no le dio permiso para que le propinase un beso. "No estamos ante un consentimiento, es un sometimiento", afirmó.