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Cómo cuidar una orquídea de interior: el truco para devolver a tu casa la elegancia y el color primaveral

Flor de orquídea en el interior de casa. / Foto: iStock

elEconomista.es

Hay una planta con flor que viene rápidamente a la cabeza de todo el mundo cuando se habla de elegancia. Se trata de la orquídea, una planta de interior que parece, por su vistosidad y lo bonito de sus flores, que es una especie muy complacida de cuidar. Sin embargo, lo cierto es que, atendiendo a unas recomendaciones y necesidades básicas, esta planta puede florecer en mitad de nuestro salón de manera muy sencilla.

De hecho, hay diferentes variedades de orquídeas y, aunque algunas tienen unas necesidades específicas, lo cierto es que hay cuidados que son aplicables y recomendables para todas ellas, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la ubicación, la iluminación o el riego, cuidados básicos, pero fundamentales para las orquídeas.

¿Dónde colocar las orquídeas?

El primero de los factores a tener en cuenta cuando se introduce en casa una orquídea es el lugar en el que hay que ponerla. ¿Por qué? Pues bien, las orquídeas necesitan estar en lugar luminoso, donde reciban gran cantidad de luz natural, sobre todo, si se quiere ver a esta planta florecer correctamente.

Sin embargo, si se elige la ventana, habrá que tener clara una cosa: no pueden recibir luz solar directa, por lo que si entra el sol por esa ventana, lo más recomendable es usar cortinas o algún tipo de parasol para que la planta no se queme.

Igualmente, vigila la ubicación de las fuentes artificiales de calor, como puede ser un radiador, o las corrientes de aire frío, como las del aire acondicionado o las naturales que puedan entrar al abrir la ventana, ya que la temperatura es otro factor clave.

Temperatura y luz para las orquídeas

De este modo, como acabamos de comentar, las orquídeas van a necesitar gran cantidad de luz. Esto no quiere decir que deban recibir luz directa del sol, ya que esto puede acabar por dañar o quemar sus hojas y afectar a la floración. Así, ponerlas en un cuarto o salón luminoso, donde entre la luz solar durante varias horas al día, pero sin que esta luz dé de forma directa a la planta, va a ser todo un acierto.

Por otro lado, hay otro factor clave para las orquídeas, que es el de la temperatura. Esta planta es de origen tropical, por lo que no soporta bien el frío. Cuidado al abrir las ventanas o si se refrigera la casa, ya que no soportan las corrientes de aire frío. Al mismo tiempo, hay que saber que su temperatura ideal se encuentra alrededor de los 15ºC, aunque es cierto que hay algunos tipos que pueden soportar temperaturas menores, hasta los 8-10ºC como mínimo.

Cada cuánto regar las orquídeas

Como sucede con la mayoría de las plantas, el riego es otro de los cuidados básicos que no se puede pasar por alto. En este caso, la mayoría de los problemas que generan las orquídeas tienen que ver con el exceso de riego, algo que puede ser letal para la planta.

Así, la primera recomendación respecto al agua pasa por colocar la planta en un ambiente húmedo. Como en el interior del hogar puede haber cierta sequedad, sobre todo durante el invierno, lo mejor es usar un pulverizador de agua. También se puede poner al lado un humificador. Esto va a ser más importante que el propio riego.

En cuanto al riego, en lugar de echar agua directamente en la tierra, se puede optar por colocar un plato con agua debajo de la maceta para que la tierra absorba el agua poco a poco. También se puede regar por inmersión, sumergiendo la maceta en agua durante un rato. Estas dos técnicas son perfectas para evitar los encharcamientos y el exceso de agua.

El abono para las orquídeas

Por último, para que la planta consiga una floración brillante, hay dos cuidados que no se pueden pasar por alto. Uno de ellos es el abono. Se deberá usar uno específico para plantas en flor, un suplemento perfecto para que la planta florezca y crezca sana, aunque siempre en su justa medida, ya que un exceso de nutrientes también puede ser letal.