Actualidad

El hidrógrafo Andrés Díez (IGME-CSIC): "El problema fue el modelo de ocupación del suelo en ese territorio"

Foto: EFE.

Cristian Gallegos

Con el arrollador paso de la DANA en la Comunidad Valenciana y otras localidades de la península, analizamos con un experto hidrológico sobre las razónes hidrológicas de este fenómeno y cómo prevenir una devastación similar en un futuro cercano.

En conversación con elEconomista.es Andrés Díez, Doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de Madrid y Profesor de Investigación en el Departamento de Riesgos Geológicos y Cambio Climático del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), ha señalado que los altos valores de precipitación registrados estos días se debieron a la forma de entrar de la DANA en la península ibérica y por la forma de retroalimentarse el tren de tormentas.

Respecto a los daños a nivel hidrológico, el experto ha indicado que "los efectos de las tormentas y las precipitaciones generaron un duro daño por el modelo de ocupación del suelo en ese territorio (Comunidad Valenciana). Si esto mismo pasa en un territorio que no está, con el grado de urbanización e infraestructuras que está este, pues no hubiese pasado nada. De hecho, ha habido a lo largo de la historia geológica y en los últimos siglos varias DANAS como esta o peores, que han transitado por encima de España y no han producido ni víctimas ni daños económicos como ha producido esta".

Las dos estrategias para enfrentar una DANA

Sobre la pregunta de cómo reducir el riesgo por una DANA, el experto ha planteado dos estrategias: estructurales y naturales.

"Primero, voy a actuar sobre el peligro de la riada, sobre los caudales de los ríos. Lo que tengo que hacer es disminuirlos para que no desborden y no inunden los núcleos de población. Y a su vez, esto se puede hacer de dos maneras: o construyo obras aguas arriba para retener esos caudales, por ejemplo, construyo una presa, construyo un dique para evitar que desborde, drago el cauce del río, lo canalizo a través de la población, o hago que disminuyan los caudales, favoreciendo que aguas arriba se infiltre más agua revegetando la cuenca, no reforestando. No necesariamente tienen que ser árboles. Hay veces que plantar o favorecer el desarrollo de praderas tiene mayor, más capacidad de absorción que un bosque. Entonces, para disminuir la peligrosidad, o bien con las obras o bien representando las cuencas, lo que consigo es que el caudal que pasa por el pueblo sea menor y no inunde".

En este contexto, el hidrógrafo ha manifestado que, hasta hace unos años, en toda Europa y prácticamente en todo el mundo, lo que se hacía en obras eran presas, diques, canalizaciones o dragados. "Pero se ha visto que esas obras son insostenibles y no solo desde el punto de vista ambiental, que dejan todo aquello es un desastre porque no es ningún cauce natural, sino que son insostenibles desde el punto de vista económico".

"Construir una presa puede costar 30, 40, 50 millones de euros y la reducción que se produce en un riesgo aguas abajo no siempre lo justifica. ¿A qué me refiero? Construye una presa aguas arriba de tal manera que el pueblo que está aguas abajo, parece que está en situación de estar protegido y ese pueblo se confía. Y aumenta el nivel de riesgo, porque la gente cada vez construye más cerca del cauce, porque cree que tiene la protección de la presa. Pero siempre llega un evento como esta DANA que supera la capacidad de la presa y termina inundando el pueblo. Pueblo en el que hay más casas y más bienes expuestos de los que había antes de que se construyera la presa", ha puntualizado.

Muchas de estas obras son una solución provisional para las DANAS o los fenómenos de baja magnitud, pero cuando llega un fenómeno que supera la capacidad de la canalización, como ha pasado en Paiporta o que supera la capacidad del dique, como pasaba en el Ebro, aguas abajo de Zaragoza, "los daños son mayores que si no estuviera esa obra", ha agregado el experto.

Áreas de desbordamiento preferente

Entonces, surge la pregunta: ¿Qué soluciones existen ahora, si en Europa ya no se financia este tipo de obras que se han venido haciendo en los ríos desde los años 50 y 60?

"Lo que se llaman las soluciones basadas en la naturaleza, que consiste en imitar el comportamiento de estos ríos de forma natural para forzarlo. Por ejemplo, aguas arriba de estos pueblos que se han inundado, se pueden crear zonas en las que nosotros invitemos a la rambla a desbordarse. Se llaman áreas de desbordamiento preferente. Es un bocado a la orilla del río, de tal manera que cuando alcanza el agua, un determinado nivel desborda aguas arriba, se almacena formando una gran charca en uno de los márgenes, sobre terrenos donde no hay edificaciones, donde son prados, donde son campos de cultivo sin un valor excepcional. Y así aguas abajo, cuando pasa el río por el pueblo, baja con menor caudal y no desborda. Estas áreas de desbordamiento preferente no son una entelequia teórica, se están haciendo ya en muchos sitios de España. En Navarra se han hecho en el Ebro a su paso por Zaragoza, en el Órbigo. Hay muchos ríos donde esto ya se ha puesto en marcha. Justamente, en el Ebro, en Zaragoza o en el Arga en Navarra, en la década del 2000 había inundaciones cada dos o tres años y últimamente ya no salen tanto en las noticias porque se han puesto en marcha este tipo de medidas", ha manifestado.

¿Todavía seguimos en una situación de riesgo?

Según el hidrógrafo, existen determinados sitios de España que están en situación de riesgo de un fenómeno similar. Sin embargo, para que exista riesgo, ha declarado que "tiene que haber un peligro. Tiene que haber elementos expuestos y tienen que ser vulnerables. Tiene que haber una posibilidad que ocurra una riada, tiene que haber casas, personas que puedan ser afectadas por esas riadas y que esas personas sean vulnerables a ser arrastradas por la corriente", ha sentenciado Díez.