Las cinco señales de que puedes estar siendo una persona agotadora, según la psicología
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elEconomista.es
A veces existen días en que somos intratables por diversas situaciones. Esta conducta hace que tengamos ciertos comportamientos que, de cara a los demás, puedan resultar "agotadores", incluso, nos pueden traer conflictos familiares, amistosos o laborales.
Según el experto en mindfulness y desarrollo personal, Lachlan Brown, hay algunas señales claras que indican si eres alguien con quien es difícil interactuar. Conocer estos comportamientos es el primer paso para mejorar nuestras relaciones y hacer que las interacciones sean más saludables y menos agotadoras.
Ser el centro de atención
La primera señal es querer ser siempre el centro de atención. Aunque compartir experiencias es natural, redirigir constantemente las conversaciones hacia uno mismo puede ser un signo de egocentrismo. Las interacciones deben ser un intercambio, no una exposición constante de logros personales. Escuchar activamente y permitir que los demás compartan sus historias es clave para evitar ser percibido como una persona agotadora.
Negatividad constante
Otra señal es la negatividad constante. Si todas las conversaciones están dominadas por quejas o críticas, los demás pueden empezar a sentirse abrumados. Es natural querer desahogarse, pero también es importante equilibrar las interacciones con un enfoque más positivo. Incorporar optimismo y reconocer los aspectos buenos de la vida hará que las conversaciones sean más estimulantes para todos los involucrados.
Interrumpir a los demás
Un tercer comportamiento comúnmente agotador es interrumpir a los demás. Aunque el cerebro procesa las palabras más rápido de lo que las personas hablan, interrumpir transmite falta de respeto y priva a los demás de la oportunidad de expresar sus pensamientos completamente. Dar espacio a las personas para que terminen sus ideas es una forma de mostrar respeto y crear un ambiente de conversación más agradable.
Ser competitivo o buscar validación todo el tiempo
Por último, ser excesivamente competitivo o buscar validación constante son dos actitudes que también pueden desgastar a quienes nos rodean. Convertir cada interacción en una competencia o buscar aprobación continuamente puede resultar agotador para los demás. Aprender a relajarse y disfrutar de las interacciones sin la necesidad de ganar o ser el centro de atención es fundamental para relaciones más sanas y equilibradas.