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El 23% de los estudiantes españoles considera abandonar la universidad debido al estrés y la ansiedad

  • El estrés emocional fue identificado por más del 50% de los encuestados como la causa principal para considerar dejar la universidad
  • Los estudiantes no matriculados mostraron preferencia por programas más cortos en lugar de carreras universitarias tradicionales
Examen de la EBAU de Lengua Catalana y Castellana en una universidad catalana. EP

Noelia García
Madrid,

Casi 300.000 estudiantes se han estado enfrentando al desafío de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) en España. Este examen, que consta de al menos cuatro pruebas de 90 minutos cada una, es una etapa crucial para aquellos que aspiran a ingresar a la educación superior. Según los últimos datos del Ministerio de Universidades, más del 96% de los estudiantes logran aprobar la EBAU. Sin embargo, aprobar esta prueba no garantiza automáticamente la admisión en el grado deseado y esto puede ocasionar que estudiantes se matriculan de carreras que no quieren.

El abandono universitario en España es un desafío persistente que genera preocupación tanto en las administraciones educativas como en las universidades. Además del impacto en los presupuestos públicos, se deben considerar los costes emocionales y financieros para las familias, así como la sensación de fracaso personal para los estudiantes que se ven afectados por esta situación.

Actualmente, el 23% de los estudiantes se ha planteado "seriamente" abandonar la universidad, debido al estrés y ansiedad, lo que supone más del doble respecto a Dinamarca (11%) o Irlanda (9%), según un estudio de Nido Living, empresa en gestión de residencias estudiantiles. Esto coincide con el hecho de que el 27% de los encuestados considera que su universidad no se preocupa lo suficiente por su bienestar.

Según los hallazgos del estudio, el 37% de los estudiantes universitarios en España enfrenta estrés o ansiedad, lo que constituye su principal desafío durante su etapa estudiantil. Esta cifra, aunque preocupante, es menor que la registrada en países como Dinamarca o Irlanda, donde afecta a la mitad de los universitarios.

Por otro lado, el 73% de los estudiantes considera que su alojamiento actual tiene un impacto positivo en su bienestar, lo que sugiere que el entorno residencial puede desempeñar un papel crucial en el bienestar estudiantil.

Las tasas de abandono universitario en España son un problema crónico y motivo de preocupación. Según el informe de la CRUE (2023), el 20,17% de los estudiantes que cursaron sus estudios en universidades públicas presenciales y el 40,84% de los que lo hicieron en universidades públicas no presenciales abandonaron su formación. En el Estudio sobre abandono de los estudios de Grado en el sistema universitario español, encargado por el Ministerio de Universidades en 2022, se encontró que el 13% de los estudiantes que cursaron sus estudios en universidades presenciales abandonaron. Las comunidades autónomas de Canarias y Baleares destacaron por tener altas cifras de abandono, con un porcentaje del 21% de abandono de los estudios.

Las causas del abandono son diversas y pueden incluir el déficit de preparación del alumnado para adaptarse a la vida universitaria, las dificultades económicas, la falta de apoyo por parte del profesorado, la insatisfacción con las metodologías de enseñanza y los métodos de evaluación, las características del sistema de enseñanza, las carencias de formación y habilidades para la gestión del tiempo de estudio, el cambio de residencia y circunstancias personales, familiares o laborales, la falta de motivación y el bajo rendimiento académico.

El abandono es más común en los primeros dos cursos, especialmente cuando los estudiantes no obtienen su primera opción de carrera.

Volviendo al informe del Ministerio de Educación, también se observa una gran disparidad en las tasas de abandono universitario en España. Los centros públicos no presenciales destacaron con una tasa de deserción del 37%, contrastando significativamente con el 6,94% en los centros presenciales públicos y privados. Este dato sugiere una diferencia considerable en la efectividad de los entornos de aprendizaje.

Según los datos del Ministerio, la tasa de deserción fue más alta entre los hombres que entre las mujeres, con un 14% y un 10%, respectivamente. Esta brecha de género se acentuó en áreas como ingeniería, donde la tasa de abandono entre hombres duplicó la de mujeres, alcanzando un 12% y un 6,8%, respectivamente. Asimismo, se observaron notables disparidades entre los sexos en grados como Lenguas y Trabajo Social y Orientación, con diferencias de hasta ocho y siete puntos porcentuales, respectivamente.

La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) encabezó la lista de tasas de abandono con un 38%, seguida de la Universidad a Distancia de Madrid (30%) y la Universidad Oberta de Catalunya (27%). Entre las universidades presenciales, la Universidad Camilo José Cela registró la tasa más alta de deserción, con un 14,5%, seguida de cerca por la Universidad Europea Miguel de Cervantes y la Universidad Politécnica de Cartagena, ambas con alrededor del 13%.

Por otro lado, algunas instituciones se destacaron por tener tasas de abandono notablemente más bajas. La Universidad de Deusto en Bizkaia registró un 4% de abandono, seguida de la Universidad Carlos III de Madrid con un 3% y la Universidad Europea de Canarias con apenas un 1%.

Problema internacional

Pero esto no es algo que solo pase en España. En esta línea, la reciente encuesta "La educación para qué", realizada por la Fundación Lumina y Gallup para el mercado americano, revela que más del 40% de los universitarios consideraron abandonar sus programas académicos en un lapso de seis meses. De estos, la mayoría citó factores emocionales como la principal razón para tal contemplación.

El estudio, que incluyó a más de 6.000 estudiantes de EEUU, así como a adultos que abandonaron la universidad o que nunca se inscribieron, revela que más del 50% de los encuestados mencionaron el estrés emocional como la causa principal para considerar dejar sus estudios, seguido por preocupaciones sobre la salud mental y costos universitarios, que fueron mencionados por menos del 50% y 30% de los participantes, respectivamente.

Además, la investigación destaca que la ayuda financiera también juega un papel crucial en la decisión de permanecer en la universidad, con el 52% de los estudiantes citando el valor de las futuras cuotas como un factor determinante.

Entre los adultos que abandonaron la universidad, el 61% consideró la posibilidad de volver a inscribirse, mientras que el 36% de aquellos que nunca asistieron a la universidad también contemplaron esta opción. De estos, el 40% expresó interés en obtener un título de asociado, y otro 40% manifestó su deseo de obtener un certificado.

Por otro lado, los estudiantes no matriculados mostraron preferencia por programas más cortos en lugar de carreras universitarias tradicionales. Esto sugiere una tendencia hacia opciones educativas más flexibles y específicas que puedan adaptarse mejor a sus necesidades y circunstancias individuales.

El entorno sí importa

"La transformación de las residencias está permitiendo a los estudiantes maximizar la experiencia universitaria, pero también vivir en un espacio comunitario donde puedan desarrollarse como individuos y como profesionales, situando su salud mental como una prioridad", comenta Blanca Medina, Residence Manager de Nido Príncipe Pío en Madrid.

La encuesta también destaca que los estudiantes valoran principalmente la calidad (74%) y la proximidad al centro de estudio (73%) al elegir su alojamiento universitario. Otros factores importantes incluyen la seguridad, la variedad de servicios y la amplitud de la habitación.

"El rendimiento académico está muy ligado a la motivación, y la motivación está muy ligada al estado de ánimo de un alumno. Nuestro deber como solución de alojamiento es minimizar las preocupaciones de los estudiantes", comenta Darren Gardner, COO de Nido Living.