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Olas de calor ponen en riesgo el calendario escolar: ¿Están los centros educativos preparados?

  • Cada grado Fahrenheit de aumento de temperatura durante el año escolar resulta en una reducción del 1% en el aprendizaje

Noelia García
Madrid,

El verano parece haber llegado antes de lo esperado este año, y con él, las temidas olas de calor. Estas temperaturas extremas, cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático, suponen un riesgo para la salud y el bienestar de los estudiantes, especialmente en los centros educativos que no cuentan con la infraestructura adecuada para hacer frente a ellas.

En muchas regiones de España, los colegios carecen de aire acondicionado o calefacción, tienen ventanas obsoletas o no han sido rehabilitados en décadas. Esto los convierte en lugares especialmente vulnerables a las temperaturas extremas, poniendo en riesgo la salud de los alumnos y dificultando el desarrollo normal de las clases.

Las consecuencias del calor en las aulas son diversas: desde deshidratación, insolación y agotamiento, hasta irritabilidad, malestar general y dificultades de concentración. Estas condiciones no solo afectan al rendimiento académico de los estudiantes, sino que también pueden generar problemas de convivencia y aumentar el riesgo de accidentes.

Medidas insuficientes: la necesidad de un cambio sistémico

Ante esta situación, algunas comunidades autónomas, como la de Madrid, han tomado medidas para tratar de paliar los efectos del calor en los centros educativos. Entre estas medidas se encuentran la instalación de unidades de refrigeración, la renovación de ventanas y la creación de zonas de sombra.

Sin embargo, estas medidas son consideradas insuficientes por parte de la comunidad educativa. La FAPA Francisco Giner de los Ríos, que agrupa a mil entidades de padres y madres de alumnos en la Comunidad de Madrid, ha criticado la falta de un plan integral para abordar el problema y ha exigido la inversión en la climatización y adecuación de todos los centros educativos públicos.

Para hacer frente a esta necesidad, la Plataforma Autonómica por la Climatización y Adecuación de los Centros Educativos Públicos ha iniciado una recogida de firmas para sacar adelante una Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Esta iniciativa busca establecer un calendario de actuaciones para la climatización de los colegios e institutos, así como la creación de espacios verdes y la mejora de la eficiencia energética de los edificios.

La Comunidad de Madrid también ha implementado protocolos para adaptar los horarios escolares y las actividades físicas, recomendar clases al aire libre en días muy calurosos, e instalar ventiladores en las aulas, especialmente en las de infantil (0-3 años). Además, también se han utilizado fondos europeos Next GenerationEU para instalar paneles solares y realizar reformas energéticas.

¿Qué hacen el resto de CCAA?

En España, los colegios públicos presentan una media de antigüedad que supera los 25 años, lo que significa que fueron construidos antes de la implementación de criterios de eficiencia energética y bioclimatización.

En respuesta a este desafío, Canarias ha desarrollado un nuevo protocolo basado en cuatro niveles de riesgo que incluye medidas como la salida anticipada de alumnos, la enseñanza no presencial, la supresión o aplazamiento de actividades extraescolares, y adelantar a primera hora las clases de educación física. Además, Canarias ha lanzado un Plan de Adaptación de los Centros Educativos a las Altas Temperaturas, con un presupuesto superior a los cien millones de euros, que contempla techar canchas de deporte, plantar árboles e instalar sistemas de aire acondicionado. También se están llevando a cabo obras para adaptar los edificios al Plan de Bioclimatización.

Cataluña ha instalado sistemas de climatización en 91 escuelas y tiene planeadas 104 actuaciones más con un presupuesto de cinco millones de euros. Además, se enviarán 3.500 ventiladores a las escuelas más necesitadas. El "Plan de organización de centro para altas temperaturas" está activo desde mayo hasta octubre, permitiendo adaptar actividades y decidir si se imparte clase según el calor. Se recomienda bajar persianas, ventilar, usar zonas de sombra y programar actividades en áreas con buenas condiciones. Las faltas por calor están justificadas con comunicación previa. El sindicato USTEC-STE critica las medidas, considerando los ventiladores insuficientes y pidiendo una mejor climatización, la implementación de la jornada continua y la suspensión de actividades en los picos de calor.

En Castilla-La Mancha, se trabaja en la actualización del protocolo para altas temperaturas y se siguen las recomendaciones del servicio de emergencias 112 durante las olas de calor. La región ha invertido más de 200 millones de euros en su II Plan de Infraestructuras Educativas, mejorando la eficiencia energética en aproximadamente 1.700 centros.

Murcia también ha tomado medidas, permitiendo a los centros adelantar el final de la jornada escolar si las aulas sin climatización alcanzan los 27 grados. Además, se adaptan las actividades escolares y se evita la educación física al aire libre en días calurosos. La región cuenta con auditorías y un plan de reconversión bioclimática que incluye la instalación de placas solares.

Melilla, por su parte, está dotando progresivamente de aparatos climatizadores a los centros educativos, especialmente a los más antiguos, para mitigar el calor que sufren durante seis meses al año, desde abril a octubre.

En Baleares, un protocolo activo de junio a septiembre establece medidas organizativas en los centros a partir de 32 grados en Ibiza y Menorca, y 33 grados en Mallorca. Estas medidas incluyen la promoción de la ventilación natural, la hidratación, la flexibilización de horarios y evitar actividades físicas en las horas centrales del día.

El Ayuntamiento de Zaragoza está mejorando el confort térmico en las escuelas infantiles municipales mediante la instalación de aire acondicionado y un proyecto para renaturalizar patios en infantil y primaria.

En La Rioja, aunque no hay un protocolo específico para altas temperaturas, se están realizando acciones para mitigarlas, como orientar las aulas al norte, incorporar instalaciones con aerotermia, y sistemas de climatización telemática. Además, se han colocado porches y pérgolas en patios y pistas polideportivas.

En Extremadura, una resolución de junio de 2023 incluye medidas extraordinarias como la reducción de jornada por calor.

La Junta de Castilla y León destaca que su calendario escolar ya está adaptado a las temperaturas, con menos horas lectivas en junio y la salida del alumnado durante las horas más calurosas. En Cantabria, se están acometiendo acciones en aulas concretas donde las condiciones constructivas y la incidencia del sol generan temperaturas incompatibles con la actividad escolar.

37 millones de niños interrumpen su educación

La crisis climática está poniendo en jaque la educación global, afectando anualmente a más de 37 millones de niños, según el reciente informe 'Born into the Climate Crisis' de Save the Children. Este perturbador fenómeno no solo interrumpe la escolarización, sino que también disminuye la capacidad de aprendizaje de los más pequeños.

El informe revela que cada grado Fahrenheit de aumento de temperatura durante el año escolar resulta en una reducción del 1% en el aprendizaje. Este impacto es particularmente severo en las niñas, quienes enfrentan mayores y más prolongadas interrupciones educativas. Arantxa Oses, responsable de programas internacionales de Save the Children, advierte que, de seguir las tendencias actuales, en 2025 la crisis climática podría impedir que al menos 12,5 millones de niñas completen su educación cada año.

La situación es especialmente grave en países como Pakistán, donde más de la mitad de los niños en edad escolar (26 millones) se vieron obligados a abandonar las aulas durante una semana debido a una intensa ola de calor. El Departamento Meteorológico de Pakistán reportó temperaturas significativamente superiores a las habituales en el norte y noroeste del país. Pakistán no es el único afectado; Bangladesh, Sudán del Sur y Filipinas también han cerrado escuelas recientemente debido al calor extremo.

En Afganistán, las inundaciones consecutivas en una sola semana resaltan la vulnerabilidad del país a los fenómenos meteorológicos extremos y su devastador impacto en la educación infantil. Estos eventos subrayan la urgente necesidad de abordar la crisis climática para proteger el futuro educativo de millones de niños en todo el mundo.

También a principios de mayo, fuertes lluvias en el sur de Brasil provocaron el desplazamiento de cerca de medio millón de personas y dejaron a cientos de miles sin acceso a agua potable o electricidad. Más de un centenar de personas murieron o están desaparecidas, y se espera que las cifras aumenten cuando baje el agua. Save the Children ha calificado este acontecimiento como uno de los mayores casos de migración climática en la historia reciente de Brasil, advirtiendo que ciudades enteras podrían necesitar reubicarse.