Soros dice basta: el magnate entrega el control de su imperio de 25.000 millones a su hijo menor

George Soros, que en agosto cumplirá 93 años, le ha pasado el control de su imperio económico a su hijo menor Alexander, de 37 primaveras. Un patrimonio familiar, a través de la OSF (Open Society Foundations), que alcanza la cifra de 25.000 millones de dólares y que, como empresa filantrópica, aumentará su apoyo al derecho al voto y al aborto. "Soy más político", asegura Alex en comparación con su padre.

Curiosamente, George Soros, como en muchas otras veces, ha cambiado de opinión respecto a su hijo Alex, al que no le veía como su sucesor. De hecho, algunos dudaron de que el legendario inversor cediera su primer puesto mientras aún estuviera vivito y coleando. "Yo no quería que la fundación la tomara uno de mis hijos, por una cuestión de principios. Pensé que debería ser manejado por alguien más adecuado", dijo en una pasada entrevista.

Cuando todo parecía encaminado a que su sucesor como presidente de la OSF fuera su hermano Jonathan (de 52 años, un abogado con experiencia en finanzas y que trabajó durante un tiempo en la fundación y estabilizó el fondo de cobertura de Soros durante tiempos turbulentos); de repente apareció la figura de Alex Soros, hijo menor de George. Sus inicios fueron complicados y, aunque trabajó a tiempo parcial en la fundación entre 2004 y 2006 y después se unió a la junta directiva de OSF, no causó buena impresión y mucho menos como probable sucesor. "Solía venir a las reuniones, pero apenas hablaba", señaló Neier, expresidente de OSF, en unas declaraciones a The Wall Street Journal. 

Finalmente, Soros hijo se ganó la confianza de su padre y le reemplazó en los viajes a las oficinas de la organización en todo el mundo. "Se lo ha ganado", dijo George. En diciembre de 2022, la junta de OSF eligió a Alex como su presidente. Alex ahora también dirige la actividad política como presidente del súper PAC de Soros. El joven Soros es el único miembro de la familia en el comité de inversiones que supervisa la gestión de fondos de Soros, la firma que supervisa el dinero para la fundación y la familia. La mayor parte de sus 25.000 millones se destinarán a OSF en los próximos años, según un portavoz familiar. Se han reservado alrededor de 125 millones millones para su Democracy PAC.

Hasta ahora, el trabajo de Alex en la organización familiar dista bastante del realizado por su padre. Su libro de estilo de gestión es diferente al de George, y se ocupa, entre otras facetas,  de los detalles que su progenitor normalmente ignoraba. "Él puede volver loca a la gente de la fundación porque es muy práctico", reveló Anthony Romero , director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles, que recibe fondos de OSF.

Pensamiento

George Soros, que en la actualidad posee una fortuna de 8.300 millones de dólares, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, es también conocido por sus ideas progresistas y pro libre mercado, y son su agenda política y sus ideas lo que lo ha puesto en el punto de mira de la derecha, siendo blanco de ataques y protagonista de diversas teorías de la conspiración.

Por su parte, Alex Soros, su sucesor, se considera un pensador de centro izquierda que creció consciente de la riqueza de la familia. "Pensamos igual", dijo el hijo menor de Soros. En este sentido, ambos comparten el derecho al voto y al aborto, así como la igualdad de género. Él planea continuar usando los bolsillos de la familia para respaldar a los políticos estadounidenses de izquierda. Pese a ser ya el presidente de la fundación, no se cree todavía su sucesor potencial.

En cuanto a la política, Alex dijo en TWS que estaba preocupado por la perspectiva del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, lo que sugiere un papel financiero importante para la organización Soros en la carrera presidencial de 2024. "Por mucho que me encantaría sacar dinero de la política, mientras la otra parte lo haga, nosotros también tendremos que hacerlo", dijo en una entrevista en las oficinas de la administradora de fondos en Nueva York.